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VOLUNTARIADO

El hombre que pedaleaba contra la leucemia

Juan Sellers recorre el mundo en bicicleta para recaudar fondos para la investigación médica

Juan Sellers a bordo de su bicicleta.

Alma es una nueva manera de hablar de lo social. Con actitud y optimismo. Desde la diversidad. Y a partir de las historias de la Obra Social La Caixa.

En una vida caben varias vidas. Y en la de Juan Sellers han cabido al menos dos: una como empleado de banca y propietario de una casa y dos coches, y otra como jubilado con una sola propiedad, su bicicleta, que se dedica por completo a la solidaridad. Sus viajes de miles de kilómetros a dos ruedas y su férreo compromiso contra la leucemia le han hecho recaudar 4.000 euros y ganar el premio La causa del mes de la plataforma de micromecenazgo social migranodearena.org y la Obra Social La Caixa, que suma 500 euros a la causa que haya logrado movilizar a más personas. Próximo destino: Moscú.

“Cuando me jubilé hice un consejo de familia con mi mujer y mis hijos. Acordamos que venderíamos la casa y los coches, que era lo único que teníamos, y que a partir de entonces yo me dedicaría a lo que me gusta, que es viajar, y a ayudar un poquito a los demás. Mis hijos saben que no van a heredar nada, pero están contentos”, asegura Juan a pocos meses de emprender su próximo reto solidario: “los 4.000 de ASCOL”, o, lo que es lo mismo, pedalear los 4.000 kilómetros que separan su Salamanca del lejano Moscú para dar visibilidad a la leucemia. Un kilómetro por cada euro que ya ha logrado captar para esta asociación.

“Empezaré el 1 de junio. Viajo solo y con muy poco equipaje: una muda de repuesto y una bolsa de aseo. En el maillot llevo escritos los nombres de 35 enfermos: Roberto, Thomas, Germán… También les pongo sus nombres a las etapas diarias de 120 km”, explica Juan, emocionado. “Pararé a hacerme una foto en la Torre Eiffel de París y en los restos del Muro de Berlín, que les enviaré junto con unos textos. Y ellos me mandarán un vídeo diario. Cuando conoces a los enfermos, solo puedes darlo todo por ellos”.

Viajar sin gastar

Y desde luego que lo da todo. A sus 63 años, Juan entrena todos los días a las 7 horas, no para de movilizar gente y recursos, y siempre acaba poniendo de su bolsillo. Además, no hace turismo en los lugares que visita porque solo piensa en llegar a su meta, y asegura que no se gasta “ni un duro. Duermo en casa de la gente, de la policía, de los bomberos, del 112. A pesar de haber estado en más de 20 países, no tengo ni idea de idiomas, pero me las arreglo para pedir un vaso de agua. La gente me ve solo y con aspecto de abuelillo, y al final ceno, desayuno y duermo allí. Siempre me apunto sus nombres y datos, para volver un día con mi mujer a darles las gracias o para nombrarlos en algún libro donde cuento la experiencia”, relata. “Pero tengo que dedicarles más tiempo a esa gente que me ayuda, como a los dos abuelitos de Kosovo, pobres de solemnidad, que me dieron seis huevos fritos para cenar. Yo no paraba de abrazarles”.

De su experiencia asegura haber aprendido a pedir apoyo: “Antes no sabía hacerlo bien y la gente me decía ‘sí, majo, sí’. Pero ahora me hago fotos con Vicente del Bosque; Mújica, el expresidente uruguayo, me ayuda muchísimo (la mitad del dinero viene de allí); me reciben el alcalde o el rector de la Universidad de Salamanca… Y me digo: ‘¡joder!’. Y pido el dinero cara a cara, lo cojo en efectivo y luego yo ya lo ingreso con mi tarjeta en migranodearena.org porque, si no, para mucha gente es un lío. Y también sé que si pides un euro es mucho más fácil que te lo den que si pides 2 o 3, que nunca los encuentran en el bolsillo…”. Detrás de sus resultados hay una gran cantidad de esfuerzo y dedicación.

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