La plaza del Àngel, en la confluencia de la via Laietana con Jaume I, tiene un nombre tan curioso como poco conocido. El rincón, donde están la parada de metro de Jaume I y el hotel Suizo, debe su nombre a un milagro. En 1339, cuando una procesión de notables llevaba a la Catedral los restos de la patrona de la ciudad, Santa Eulàlia, el excesivo peso de la urna les impidió avanzar.
Cuenta la leyenda que apareció un ángel que señaló a un canónigo que había cogido un dedo de la la santa. Cuando éste lo devolvió, el féretro volvió a ser ligero y la comitiva pudo seguir su camino.
Esta foto de la plaza del Àngel fue tomada en 1908 por Miquel Matarrodona. La imagen es propiedad del Arxiu Fotogràfic de Barcelona.