¿Nueva tragedia?

Un estudio advierte de más terremotos en Turquía: "No sabemos cuándo, pero sabemos dónde"

La ciudad de Kahramanmaras un mes después del terremoto

Los recientes terremotos en Turquía y Siria dejaron miles de víctimas en ambos países. El epicentro del suceso en el país turco fue la ciudad de Kahramanmaraş, situada al sur del territorio, y una de las zonas más castigadas. Ahora, meses después de la tragedia, cuando parecía que recuperaba la calma, una investigación publicada en la revista Seismica de la University Southern California (USC) afirma que se podría producir otro seísmo en el país otomano.

La causa: una falla atascada

Los terremotos son un fenómeno resultado del desplazamiento de las placas tectónicas (piezas de la corteza terrestre), las cuales de manera lenta se presionan unas a otras. Este hecho produce una acumulación de energía a lo largo de años e incluso siglos, lo que produce que cuando las placas finalmente se desplazan, esta energía explote "en ondas que viajan a través de la corteza terrestre".

Para realizar el estudio, los investigadores se han centrado en analizar los terremotos producidos en Turquía el pasado 6 de febrero, los cuales produjeron la muerte de más de 50.000 personas en el país y derribaron un total de más de 100.000 edificios.

Con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, el seísmo principal del 6 de febrero produjo una rotura de 310 kilómetros de largo en la falla (fractura en la corteza terrestre) izquierda del área de la Anatolia Oriental, que posteriormente se propagó por múltiples pasos. A este le siguió otro terremoto, esta vez más al oeste y con una magnitud de 7,6. Dos semanas después, el 20 de febrero, ocurrió un tercero, con un temblor de 6,4.

Una vez realizado el análisis, los investigadores han trazado los datos de la actividad sísmica y los desplazamientos a lo largo de las fallas. Con estos análisis han observado que uno de los territorios de Turquía, el conocido como distrito de Pütürge, muestra actividad sísmica a lo largo de la falla, pero no hay desplazamiento ni rupturas.

Este hecho significa que parte de dicha falla está "bloqueada o atascada", por lo que es probable que el algún momento futuro se deslice. Tal y como declara el geofísico de la USC, Sylvain Bardot para una pieza publicada en el medio de la universidad, 'USC News', "no sabemos el momento, pero sabemos dónde puede suceder".

"La población debe estar preparada"

Este nuevo terremoto se calcula que puede alcanzar una magnitud de 6,8, y aunque se trata de un fenómeno inevitable, se pueden prevenir los efectos. Por ese motivo, Bardor alerta que "La población debe estar preparada para esto, pero también la comunidad científica". Asimismo, espera que se les dé la oportunidad de "preparar un experimento de monitoreo para ver cómo comienza y termina un terremoto".