El anómalo comportamiento de una partícula observado dentro del LHC, el gran colisionador del CERN, es la primera evidencia experimental de algo que los físicos sospechaban desde hace tiempo: la naturaleza no se ajusta del todo a la teoría física fundamental más asentada, el llamado Modelo Estándar (ME).
El avistamiento de esta nueva física se debe a un equipo de investigadores de Barcelona y París. El hallazgo es un fino hilo del que tirar para desentrañar la maraña de observaciones que el ME no logra explicar, desde la naturaleza de la materia oscura hasta la abundancia de materia con respecto a la antimateria.
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