El deporte más injusto del mundo

Tourmalet por Sergi López Egea

Cenaba el jueves en Gernika con los padres de Pello Bilbao y comentaban que ellos nunca habían animado a su hijo a hacerse ciclista. Valga un inciso. Si no entró en la batalla por la etapa inaugural de la ronda francesa fue porque pinchó, aunque lo suyo fue una adversidad menor. Y añado: ojalá otros ciclistas tuvieran la bondad de Pello, que ha decidido donar un euro por cada corredor que quede por detrás suyo en cualquier etapa del Tour. Recaudará dinero para que crezcan los bosques en recuerdo de su compañero Gino Mäder, fallecido en la Vuelta a Suiza.