El Giro se despidió el domingo de su periplo por tierras holandesas. Tres etapas que han estado llenas de colorido, con cientos de miles de aficionados lanzados a las carreteras, tal como ya sucedió el año pasado con el paso del Tour por Holanda. Este lunes los corredores se han trasladado hasta el sur de Italia. Los ciclistas lo han hecho en avión, mientras el resto de la caravana lo ha tenido que realizar por carretera, con más de 2.000 kilómetros de trayecto, de ahí que se haya efectuado tan pronto una jornada de descanso.
Entre las imágenes que han quedado están los besos; desde los que Marcel Kittel, ganador de dos etapas y 'maglia rosa', lanza a los seguidores desde el podio, al cariño de la novia de Kittel recibiéndole tras las dos victorias y los inevitables de las azafatas, a veces discutidos, por qué no decirlo, pero que siempre han ido asociados a las entregas de premios en este deporte.