Cada producto de la marca Dona Kolors, bien sea un abanico, un bolso, un collar, un cojín o un delantal, lleva añadido un plus que no ha pasado por alto a los miembros del jurado que han premiado esta iniciativa social como la mejor del 2013: devuelve la dignidad a las mujeres que los elaboran. Porque gracias a estos objetos que realizan de manera artesanal utilizando llamativas telas africanas en un taller del barrio del Raval pueden ser autosuficientes y pasar página a un pasado marcado por su vinculación al mundo de la prostitución.
Detrás de esta empresa dirigida por la emprendedora Danielle Pellikaan está la oenegé El Lloc de la dona, de las Hermanas Oblatas, que brinda cada año a unas 30 mujeres, la mayoría de ellas madres solas, formación en el marco del programa de costura Enfilant l’agulla.
Dona Kolors nació hace algo más de dos años con tres empleadas. Ya son cinco, y se han abierto a trabajar para otras marcas que defienden la moda sostenible y ecológica. Crecen poco a poco y van camino de ser una empresa que no dependa de ayudas.