Apabullada por la DO Jerez-Xérès-Sherry, la cordobesa DO Montilla-Moriles parece relegada históricamente a un segundo término. Pero la riqueza y la diversidad de sus vinos secos y dulces con la variedad pedro ximénez como protagonista la hacen merecedora de una atención especial. Toro Albalá es una de las tres bodegas de referencia de la zona y sus excepcionales vinos de añada seducen al aficionado experto y también al que se quiere iniciar.

Toro Albalá Don PX 1987 tiene color de café, casi negro, muy opaco y brillante. En nariz es tremendamente intenso. Primero sobresalen los aromas de licor de naranja y piel de naranja caramelizada. Luego, de frutos secos como las nueces y las almendras tostadas. Y, al final, el perfume del café y el regaliz negro. En boca es untuoso, tan denso como un arrope y te acapara las papilas como un tsunami.

Un vino delicioso que por él mismo ya es un postre y que por su precio es casi un regalo.