La bodega Mas Estela, en La Selva de Mar, fue hace 25 años una de las promotoras de una nueva generación de viticultores en el Empordà. A pesar de los años de duro trabajo se ha mantenido como una de las más mediáticas y más confidenciales. Su blanco Vinya Selva de Mar y el tinto Rucada son dos vinos al límite. Rucada tiene un equilibrio al filo de la navaja, entre fruta, tanino y frescor y al mismo tiempo es como un vino un poco desaliñado.
Estela Solera 1990
Mas Estela. PVP: 30,95 € (50 cl)
Su dulce de garnacha Estela Solera 1990 es su vino más reflexionado. Tiene un bonito color cobre. En nariz es seductor, con aromas especiados como la canela y el clavo y un matiz ahumado. En boca es untuoso e intenso, con recuerdos de frutos secos, fruta compotada y naranja quemada, con un final dulcemente complejo.
Una deliciosa copa de postres y sobremesa a disfrutar ligeramente frío.