Postureo con sabor

Gala, el restaurante de moda de Barcelona

  • El novedoso restaurante propone una solvente carta mediterránea con un apartado de 'sushi' en un entorno animado al que no le falta ni un tíovivo

La sala principal del restaurante Gala.

El postureo gastronómico de muchos restaurantes ha provocado dolorosas decepciones entre los gourmets, cansados de sufrir cómo se prima el envoltorio por encima de la comida que se sirve. Todo muy 'cool'... hasta que llega el plato. Por eso la entrada en Gala (Provença, 286) genera recelo: ese tíovivo augura más mareos que diversión para quien pretende disfrutar de una buena comida o cena. Error. Aquí el goce está asegurado desde que entras hasta que sales, hasta el punto que te apetece subir al tíovivo cuando te vas a ir.

Por algo Gala es uno de los restaurantes de moda de Barcelona. Uno de esos lugares donde pasarlo realmente bien, que en cierto modo recuerda a Salvaje. Quien quiera la foto para su Instagram ahí tiene la atracción de la entrada, la nariz daliniana del patio interior o la biblioteca con chimenea. Y quien quiera buenos platos y buen servicio, los va a tener, tanto en el amplio, animado y luminoso comedor principal como en el recogido, tranquilo y 'sombrío' sótano (ideal parejas), que se reconvierte en bar de copas hasta la madrugada, y en los citados patio y biblioteca. Todo cabe aquí, desde vestidos con lentejuelas hasta tejanos y zapatillas deportivas.

Lubina con verduritas.

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La carta de Gala es mediterránea, de mercado, pero con un apartado para el 'sushi' para gustar a todo tipo de público. Y muy larga. Tanta oferta supone un riesgo en cocina, pero aquí resuelven cada propuesta con solvencia: la suculenta croqueta de fricandó, el buen arroz meloso con gambas, el impresionante 'nigiri' de salmón flambeado y con un toque cítrico, la lubina con verduritas.. Mención aparte merece la sensacional tortilla abierta de alcachofa y trufa negra, plato estrella de la casa.

Gala parece haber dado con la tecla. Desde que abrió, hace menos de dos meses, siempre está lleno. Habrá qué ver qué cómo le irá en adelante; eso quizá lo sepa el tarotista que lee, gratis, el futuro a los clientes que lo deseen las noches de jueves a sábado.