Si hubiera que elaborar una lista con los restaurantes más agradables de Barcelona, el novedoso Bistro Mató (Bisbe Català, 10) debería aparecer en ella. Será por la paz que irradia el monasterio de Pedralbes, ubicado justo enfrente. Pero lo cierto es que resulta difícil sentirse más a gusto, tanto en su tranquila terraza, en la coqueta plaza de Pedralbes, como en la sala principal, con aires de café parisino donde suena jazz relajante, y en el salón acristalado del otro extremo del local.
La sala principal de Bistro Mató, de aires parisinos.
/Ese mismo confort vas a encontrar en sus platos, donde manda el buen producto de temporada en recetas sin complicaciones, y en su bodega, con unos vinos seleccionados con mucho mimo y sabiduría.
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Pau Arenós te cuenta cada semana los secretos mejor guardados para disfrutar del buen comer dentro y fuera de casa.
El restaurante, que ocupa el lugar del que fue un clásico del barrio, Mató de Pedralbes, apuesta por una cocina mediterránea con carnes y pescados a la brasa y en la que destacan platos como el ajoblanco con sardina ahumada que nunca dejarías de comer, la sencilla pero definitiva ensalada de tomate y ventresca (ejemplo de selección de producto de calidad), las verduritas acompañadas con una crema elaborada con el tallo de la col (no habrá niño que no se las acabe), la merluza a la andaluza (plato tan alegre que incluso tiene rima), el fogoso (¡pica!) 'steak tartar' de carne ecológica y el 'mató' con miel y nueces garrapiñadas, una receta que, por lo visto, hacen las monjas del monasterio desde tiempos inmemoriales.
Propuestas, en fin, fáciles de entender que también se sirven en formato de menú de mediodía (primero, segundo, bebida y postre o café) por 19,50 euros.
Por cierto, Bistro Mató tiene un 'hermano pequeño' en el sótano del local: una pizzería llamada Mattone. Con ese nombre, no parece que haya tanta tranquilidad allí abajo...