La fiebre 'healthy' ha alcanzado las cartas de casi todos los restaurantes, de manera que darle una vuelta de tuerca a la comida saludable pasa por iniciativas como la de Fit Kitchen (Diputació, 280 y Londres, 91), que radiografía cada plato como si fuera a ser examinado por un nutriocionista: junto a cada propuesta se anotan las calorías y los gramos de grasas, carbohidratos y proteínas. De hecho, un profesional ha dado el visto bueno a cada receta. Así que puedes quedarte tranquilo porque, además, todas esas cifras son bajas. Los seguidores de dietas son bienvenidos aquí.

Al fin y al cabo, se trata de un establecimiento que ofrece creaciones de lo más saludables (hay opciones vegetarianas, sin gluten o sin azúcar) que se elaboran de manera sencilla y directa, sin alharacas.

El ejemplo más paradigmático y fotogénico son los 'bowls' (hay ocho tipos). Te los puedes hacer a tu gusto escogiendo los ingredientes o puedes optar por la versión convencional (base de arroz integral o quinoa roja, blanca y negra) o la baja en carbohidratos (base de arroz de coliflor y pasta de calabacín).

Postres sin azúcares reciclados

Más allá de los 'bowls', Fit Kitchen sirve ensaladas, 'burgers' y postres que están libres de azúcares refinados porque se endulzan con miel o agave. Todo ello, en la carta, en los menús de mediodías laborables (cuestan 13 y 15 euros) y en el 'brunch' de fin de semana que te haces a medida (pagas por lo que consumes).

Para beber, batidos, zumos 'detox' y 'kombucha', pero también alcohol (vinos y cervezas artesanas). Porque, de vez en cuando, también es sano permitirse algún trago antidieta...