Después de meses buscando un local donde continuar explorando la cocina verde de altos vuelos que practicaba en Céleri, Xavier Pellicer ha encontrado por fin dónde instalarse y seguir creciendo. En la calle de Provença, 310 bis, donde estaban el atrevidísimo, callejero y rocanrolero Nobook y el gastronómico y diminuto Uma. Se llamará, problamente, Xavier Pellicer, y estará abierto a finales de marzo o principios de abril, es decir, en primavera, cuando lo verde florece. Pero será en realidad cuando los interioristas le hayan dado un nuevo aire, más cálido y menos industrial que el actual.
A finales de verano pasado, Pellicer anunció por sorpresa, incluso para la de sus socios, que abandonaba los bajos de un local del pasaje de Marimon que a pie de calle albergaba un supermercado ecológico. Quería crecer y allí sentía que no tenía mucho más recorrido, a pesar de haber cosechado una estrella Michelin que perdió por cerrar temporalmente el negocio.
Le faltaba espacio para la sala, para la bodega, para el almacén, para el personal, incluso para equipamiento. Así que el 15 de septiembre cogió los bártulos y lo dejó todo, sin tener claro a dónde iba a ir.
COCINA 'TOP' Y 'SUPERTOP'
Ahora lo ha encontrado en pleno Eixample. "Aquí tengo todo lo que necesitaba, brasa, 'wok'... y hasta una terracita interior de 25 metros cuadrados", explica el chef, ilusionado, a este diario. Donde brillaba el naranja de Nobook, con mesas para 75 clientes, elaborará la cocina 'top' de Céleri: verduras ecológicas con un tratamiento impecable y original, ya sea en forma de menú de mediodía laborable que no llegará a los 30 euros o de una carta que rondará los 55.
Y donde estaba Uma, con capacidad máxima para 20 comensales, ofrecerá su propuesta 'supertop', mucho más refinada pero siempre en la misma línea gastronómica. "Allí habrá un menú fijo para vegetarianos y veganos, y también albergará actos más privados", avanza.
PRIMERA AVENTURA EN SOLITARIO
Haciendo gastrononía ficción, Pellicer, que mandó en las cocinas de Can Fabes y Àbac, podría lucir dentro de unos años dos o tres estrellas Michelin por su nueva apuesta, en la que se embarca por primera vez en solitario, junto con su mujer, Mercè Carbonell. Una, por el espacio grande (no debería ser complicado recuperarla porque hará lo mismo que en Céleri), y una o dos más por el espacio pequeño, que aún no tiene nombre.