Xavier Jovells mamó la buena cocina en Can Pineda, el restaurante de su familia. Lo que aprendió allí lo aplicó luego en Els Tres Porquets, Floreta y ahora, La Volàtil, donde marida sus platos con vinos naturales. El chef desvela sus cinco locales favoritos.
Joan y Toni Boneta.
CAN BONETA
Platos sencillos y vinos catalanes
Un descubrimiento para mí. Un arquitecto que estudió cocina un par de años en la Hoffman hace platos sencillos y elaborados con una relación calidad-precio espectacular. Un comedor pequeño y una carta de vinos solo catalanes. Me pirra el meloso de ternera y el carpaccio de gambas con pistachos y 'ceps'. Balmes, 139.
LA GRAELLA
Cocina de toda la vida
Voy allí desde hace años. Es pequeñito y sirve cocina de toda la vida, sabrosa y sin cosas raras, como una buenísima merluza a la donostiarra. Me recuerda al Can Pineda de hace 20 años, que trabaja según el producto que tenga ese día. Diputació, 333.
GRANJA ELENA
Buenos desayunos de ‘forquilla’
Alta cocina de barrio, como dicen ellos. Cuidan el producto y la sala es muy pequeña. Allí, cualquier cosa que comas está riquísima. Y por las mañanas puedes hacer un desayuno de 'forquilla', ya sea un solomillo o unas setas. Paseo de la Zona Franca, 228.
BONANOVA
Un arroz de pichón buenísimo
Ha hecho un cambio muy interesante con Carlos Herrero en la cocina, que le ha dado nueva chispa. Al trabajar productos más asequibles el precio es más moderado. El local es muy chulo y el trato muy bueno. Ah, y el arroz de pichón, excelente. Sant Gervasi de Cassoles, 103.
EL PARADOR DE SANT JUST
Tradicional pero moderno
Cocina tradicional con toques modernos en un lugar agradable y con buena relación calidad-precio. Hace cosas divertidas, como un cóctel de gambas con una salsa especial, y muy ricas, como el atún, sobre todo el tataki con especias. Rambla de Sant Just, 25 (Sant Just Desvern).