Llegada esta fecha y estando más o menos enamorado, a quién no le apetece ir a celebrarlo con su pareja a un restaurante. Por ejemplo, a estos cinco que hemos pensado.
PLA
No figura entre los restaurantes mediáticos, pero Pla es un valor seguro a la hora de montar una cena para dos. Ya sea por el interiorismo (luces tenues, interiorismo cálido y acogedor, ambiente recogido) como por su propuesta gastronómica (cocina mediterránea con mirada a otras latitudes). Bellafila, 5.
Nobook.
NOBOOK
Para una noche más cañera, Nobook. Naranja chillón por todas partes, comida callejera internacional, más cócteles que vinos para maridar. Así es este restaurante que no admite reservas ni tiene teléfono al que llamar. Vas y si hay mesa, cenas. Y punto. Ah, y siendo el día que es, es obligado probar, disfrutar, estremecerse de placer con su Sopa del amor, que está en la carta siempre. Provença, 310 bis.
Fogo.
FOGO & BOTECO FOGO
Para darle un rollo distinto a una cena romántica, un viaje a Brasil. Ya sea a través de su cocina popular en la planta baja (Boteco Fogo) como a través de platos creativos elaborados con técnicas de vanguardia en el piso de arriba (Fogo). A los mandos de los fogones, Joâo Alcântara. Còrsega, 231.
Marea alta.
MAREA ALTA
Las vistas que se tienen de la ciudad son impagables: 360 grados desde el piso 24 de la Torre Colón. Un buen lugar donde disfrutar de buena compañía mientras se degustan pescados de calidad. Antes o después se puede completar la cena con un cóctel en Marea Baja, en el piso 23. Av. Drassanes 6-8.
Windsor.
WINDSOR
Un clásico. De la cocina catalana contemporánea y de noches como las de San Valentín. Un lugar elegante, con un servicio cercano, una cocina sin sobresaltos y una bodega interesante y digital. Otra apuesta ganadora para tortolitos. Còrsega, 286.