QUÉ
Pan rectangular de ‘brioche’
Leche
Canela en rama
Cardamomo
Curri
Azúcar moreno
Bolas de pimienta negra
Limón
Natillas de supermercado
Mantequilla
Aceite de oliva
CÓMO
Para la leche infusionada: en un cazo, hervir la leche. Cuando la cosa se acelere, añadir la canela en rama (y si no, polvillos de la especia), el cardamomo machacado, las bolas de pimienta negra, el curri y al azúcar moreno. Revolver para que se mezcle bien y apagar. Dejar enfriar. Se puede preparar de un día para otro, dejar en la nevera y que la leche infusione bien con los chispazos.
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Pau Arenós te cuenta cada semana los secretos mejor guardados para disfrutar del buen comer dentro y fuera de casa.
Para el 'brioche': cortar en rectángulos y mojar en la leche infusionada. Unos instantes: manejar con cuidado, elemento frágil. Empapar bien. En una sartén, añadir mantequilla y aceite de oliva. Tostar el paralelepípedo por todas las caras.
Emplatado: desengrasar sobre papel de cocina, llevar al plato y cubrir la estructura con las natillas y el azúcar moreno y darle al soplete o al quemador de hierro, y si tus armarios están vacíos de instrumental, el grill o una espátula calentada en la llama.
Rallar piel de limón y darle unas vueltas al molinillo de la pimienta negra en busca de un picante cortés.
POR QUÉ
¿Y por qué no? Plantear la torrija, tan cuaresmal, como un postre contrastado, lo dulce y lo picante, lo previsible y lo imprevisto.
No sé si existe una escuela de pureza ‘torrijera’ (basada en ¿qué?), pero esta receta no lleva huevos (se puede añadir a la leche infusionada), menos mantequilla (se puede hacer más mantequillosa) y las natillas son industriales.
Por supuesto, la crema pastelera casera dará mejores prestaciones, pero está es una solución para haraganes.
El modelo 'abriochado' tiene varias paternidades, en las que siempre confluyen los nombres de Martín Berasategui y Michel Guérard. Empolvémonos con curri y emprendamos un viaje, aunque solo sea de fantasía.