El pimiento es uno de los alimentos más utilizados en nuestra cocina. Asados, crudos en ensaladas, en guisos, arroces, etcétera. Sin embargo, este vegetal se cultiva principalmente en Sudamérica y en nuestro país debe plantarse casi siempre en invernaderos, estando su plantación reducida a tres lugares: Almería, Murcia y Granada.

Altos en vitamina C (casi el triple que la naranja) y carotenos, su consumo es muy recomendable para nuestra salud. Nutricionalmente, nos aportan casi lo mismo, porque en realidad es el mismo vegetal pero en un punto distinto de maduración. Aunque sí hay una leve modificación, ya que incrementa el nivel de vitaminas e hidratos de carbono cuando alcanzan ese color rojizo.

El pimiento verde, común en muchas ensaladas veraniegas y en el gazpacho, es el estado más crudo de este vegetal. Tiene un sabor más amargo que el resto y algunos tienen un punto picante por su presencia de la molécula capsaicina, que es en realidad una manera de supervivencia, para no ser ingerido por los animales. Los expertos aseguran que los que más pican son los que reciben menos sol y más agua. Cabe destacar que los dos tipos de pimientos picantes de nuestro país están afincados en el norte de España. El Padrón pertenece a Galicia y el Gernika al País Vasco.

El pimiento rojo es el que tiene un mayor grado de maduración. Son los más dulces y poseen un mayor nivel de carotenos, responsables de la pigmentación, y muy antioxidantes. Suele utilizarse para la escalivada, aunque también suelen consumirse asados y en el sofrito. El amarillo se encuentra en un estado de maduración intermedia, posee un punto de dulzor pero no tan elevado como el rojo. A nivel nutricional, también tiene un nivel bastante alto de carotenos y suelen consumirse asados o salteados con otras verduras.