Cada vez más gente pasa más tiempo fuera de casa y muchos se ven obligados a comer en el trabajo. Lo fácil es ir a comer en algún restaurante, pero no todos los días se pueden permitir esto, por lo que es normal recurrir a las conocidas fiambreras. Sin embargo, esto no significa que lo que vayas a comer sea simple o perjudique la dieta. De hecho, se pueden preparar recetas fáciles, rápidas y saludables como las que te enseñamos en este artículo.

Lo más sencillo es organizar y cocinar las comidas de toda la semana al inicio de la misma, para así tenerlo todo listo en 'tuppers' y no perder tiempo en la cocina de lunes a viernes. Esto se conoce como 'bath cooking'.

A continuación, os enseñamos tres recetas sanas, sencillas y para llevar a la oficina en fiambrera.

1. Ensalada César

Las ensaladas son las recetas más rápidas de cocinar, por lo que van a ser un gran aliado a la hora de organizar las comidas. En este caso, utilizaremos el pollo, fuente de proteína, para acompañar las verduras y todos aquellos ingredientes que queramos añadirle. La más clásica es una mezcla de lechugas, con tomate, dados de queso y pollo a la plancha en trozos. Además, podemos añadirle cebolla, pan tostado o maíz. Para el aliño hay dos opciones: una más sana, que consiste en mezclar aceite, vinagre, sal, pimienta y ajo en polvo; u otra, que sería la salsa César.

2. Espaguetis de calabacín con atún

Esta receta es una manera original de cocinar el calabacín. En este caso, con un sacapuntas de cocina, sacaremos los espaguetis del calabacín y los reservaremos. Para el acompañamiento, cortaremos una cebolla y la sofreiremos a fuego medio en una sartén hasta que tenga un color casi transparente. Una vez sofrita la cebolla, añadiremos el atún, salsa de tomate frito en conserva y condimentaremos con sal y pimienta al gusto. Cocinada la salsa, añadiremos los espaguetis de calabacín que habíamos reservado anteriormente para integrarlos con la salsa. Así elaboraremos una receta diferente y sencilla.

3. Pollo con verduras al horno

La receta varía en función del acompañamiento que quieras añadirle al pollo. Lo más aconsejable es utilizar aquellas verduras que tengas en casa. Por ejemplo, patatas, calabacines, cebolla y zanahorias. Previamente, calentamos el horno a 200º. Partimos las verduras en trozos y las ponemos en una bandeja de horno junto con el pollo. Añadimos aceite de oliva, unos láminas de ajo para darle más sabor, aceite de oliva, sal y pimienta al gusto. Introducimos la bandeja en el horno y lo dejamos cocinar hasta que las verduras y el pollo estén en su punto, aproximadamente unos 20 o 30 minutos.