El precio tampoco es normal

¿El sabor más raro del mundo? Crean un helado con gusto a ‘bar de mala muerte’

La marca de helados estadounidense Tiscpy Scoop lanza una edición limitada de helados con gusto Con sabor a "chocolate amargo, cerveza, caramelo y humo de tabaco"

Dos helados en sendos cucuruchos. / Jordi Cotrina (Zeta_intramedia)

Qué tiempos aquellos en los que los sabores de nata, chocolate y vainilla eran los 'sota, caballo y rey' de los helados. Los gustos típicos siguen siendo un 'must', pero comparten vitrina con otras propuestas más refrescantes, inimaginables y tentadoras. La originalidad, además de estar buena, vende: hay helados de pipas, de cannabis y hasta de coca de Sant Joan. A los 1.001 sabores, este verano se le une otro. Quizás el más raro de todos: con gusto a 'bar de mala muerte'.

Esta insólita novedad viene de Estados Unidos, país reconocido por hacer mezclas imposibles. Que se lo digan a las Oreo o los 'marshmallow' rellenos de crema de cacahuete. La marca de helados Tiscpy Scoop cumple 100 años y con la colaboración de la cervecera Miller High ha lanzado la edición limitada de helados 'Dive Bars', lo equivalente en castellano a un bar de mala muerte, un antro o un cuchitril.

"Combinación perfecta"

La creación de Miller High sabe a "chocolate amargo, cerveza, caramelo y humo de tabaco". Pero, ¿Cómo se consigue eso? Pues, según la cervecera, con una "combinación perfecta de vainilla ahumada, caramelo pegajoso y la cerveza que amas".

Los helados ya se pueden reservar 'online'. Se venden en cajas de seis y el precio, como el sabor, tampoco es 'normal': cuestan 35 euros. "¡No hay nada como los sabores, olores y sensaciones de un antro!", asegura Tispy Scoop en su página web.

La empresa tampoco escatima en trasladar a los consumidores a un antro: "El olor a antiguo porque el bar es indudablemente viejo, los pies pegados al suelo, la iluminación tenue y oscura, no importa la hora que sea", inspira. La experiencia va a más con ese "aroma a humo que funciona como colonia para los que están en el bar". Con tal detalle de descripción, ¿quién no quiere probarlos?