Toma pan y moja

El abusón de camareros

  • Si existe el suplemento por usar la terraza, ¿por qué no puede haber uno por ser un auténtico gilipollas?

Un camarero recoge una mesa de una terraza de un restaurante del barrio de la Barceloneta.  / Efe / Quique Garcia

El cretinismo no va acompañado de la discreción. A un cretino se le detecta con facilidad, se deja ver y oír, exhibe con orgullo sus carencias educacionales, emocionales, sexuales y de todo tipo. Además, el cretino, el miserable, el imbécil gusta de intoxicar a sus semejantes, de ahí que los lugares donde hay más gente sean su patio de recreo.