Parece mentira que con tanta fiebre 'foodie' sobrevenida al mundo de los bocadillos, a nadie se le hubiera ocurrido antes abrir un local especializado en bikinis, uno de los bocados más populares. Pero así era hasta que los ingleses Jamie Garrett y Selina Heathcote decidieron plantarse en junio de este año en la calle del Roser, 3, junto a El Molino, con su sabroso proyecto.

Vale la pena la visita a este pequeño establecimiento que entre semana solo abre por las tardes (los 'findes' puedes ir a partir del mediodía). Puedes sentarte en la barra o subir al altillo para catar los bikinis de manera más confortable, bien acompañados de cervezas artesanas de casas barcelonesas como Garage Beer Co y Edge Brewing, que van cambiando cada pocas semanas, y de vinos mayoritariamente catalanes, muchos de ellos naturales. O para rematar la visita con un café de especialidad de La Cherry, una empresa de Terrassa de comercio justo.

Pan de masa madre

La carta de La Piña Bar es corta pero imbatible. Cinco bikinis fijos y uno que cambia cada mes. Y siempre muy grandes. Olvídate del tamaño sándwich. Elaborados de manera artesanal con pan de masa madre ecológica de la panadería del Gòtic Yellow Bakery, cuesta elegir entre el llamado La Reina (luce una corona de queso cheddar por fuera y por dentro lleva jamón, queso de tetilla gallega y cheddar), el Sofía (queso de cabra, espinacas, pesto y tomates secos) y el ¡¡vegano!! (berenjena ahumada, tomate seco, perejil, cebollino, mostaza, salsa Perrins y pan untado con aceite de oliva). Los miércoles, una cerveza y un bikini te saldrán por 6 euros.