Cultura de ciudad
"Dejémoslo como está y expliquémoslo": historiadores piden preservar como patrimonio el nomenclátor de Barcelona
Un grupo de trabajo de la Associació Antic Gremi de Revenedors 1447 pretende que el callejero barcelonés esté protegido en la futura ley catalana de patrimonio cultural inmaterial
La gran orgía onomástica de Barcelona
El nomenclátor de Barcelona se feminiza con cinco nuevas calles con nombre de mujer
La placa de la plaza Francesc Macià de Barcelona, con una breve explicación / MARIA D'OULTREMONT
Como si se tratara de la iglesia de Santa Maria del Mar. Con el mismo nivel de importancia o, si más no, con el mismo respeto, quieren los historiadores Jordi Fernàndez-Cuadrench y Xavier Cazeneuve que se trate al nomenclátor de Barcelona, es decir, al nombre de sus calles.
"Santa Maria del Mar es Barcelona porque los ciudadanos, entre otras cosas, la sienten suya. Y con esto [el callejero de la ciudad] pasa exactamente lo mismo", aseguró Cazeneuve este jueves, durante el primer foro de discusión sobre historia, memoria e identidad de Barcelona que celebró la Associació Antic Gremi de Revenedors 1447.
Ambos historiadores, que hablaron en nombre de un grupo de trabajo de la asociación, pidieron que el callejero barcelonés "forme parte de la futura ley catalana de patrimonio cultural" inmaterial y que la normativa municipal de Barcelona proteja especialmente aquellas denominaciones de calles, plazas, o jardines "con una antigüedad igual o superior a los 100 años". En estos casos, pidieron que se hicieran cambios solo en "circunstancias excepcionales y con una justificación bien argumentada del cambio".
Un nomenclátor infravalorado
Para estos dos expertos, que durante el acto hicieron un extenso repaso de la historia de la odonimia urbana barcelonesa (así se llama la ciencia que estudia los nombres propios de las vías y espacios públicos), el consistorio no le da al nomenclátor la importancia que, a su juicio, merece. Especialmente por lo que respecta a la difusión y socialización del callejero entre los ciudadanos.
"Por lo que debería ser y por lo que puede llegar a ser [la página web del nomenclátor], es como si en la web del MNAC solo se mostraran los marcos de los cuadros", ejemplificó Cazeneuve. "Las posibilidades pedagógicas y de conocimiento que tiene el nomenclátor son imparables y, en estos momentos, está infravalorado e infrautilizado", concluyó.
Jordi Fernàndez-Cuadrench y Xavier Cazeneuve durante el foro / David Melero/Associació Antic Gremi Revenedors 1447
Fernàndez-Cuadrench y Cazeneuve señalaron, también, el "presentismo y revisionismo" con el que, en repetidas ocasiones, se ha actuado sobre el nomenclátor de Barcelona. Fernàndez-Cuadrench ejemplificó estas dos corrientes con el caso de la calle del Sots-Tinent Navarro, que transcurre junto a la muralla, en paralelo a la Via Laietana. Esta denominación, que rinde homenaje a un héroe de la Guerra de la Independencia, se propuso el 1927, cambió durante la Segunda República y se restituyó durante el franquismo, algo que le ha valido a la calle críticas por celebrar a un 'franquista', según el historiador. "No se puede tildar a Navarro de franquista", sentenció Fernàndez-Cuadrench tras repasar la definición que hace la ley de memoria democrática de 'exaltación al franquismo'.
La placa de la calle Méndez Núñez, en el distrito de Ciutat Vella / El Periódico
Ante debates de esta índole, que se suceden constantemente en el callejero de Barcelona, la posición de ambos historiadores quedó clara. "Dejemos el nomenclátor como está y expliquémoslo en lugar de hacer desaparecer aquello que no nos gusta", expuso Fernàndez-Cuadrench, que también pidió limitar "la inercia de suprimir todo aquello" que hicieron "los colores políticos que predominaban anteriormente en el consistorio" y que "ya no gusta".
Un callejero desigual
A pesar del afán de conservación de ambos expertos, durante la charla también hicieron hincapié en la desigualdad de género que, de momento, reina en la odonimia barcelonesa. De los 2.008 nombres de personas que hay en todo el callejero, solo 337 eran de mujeres, según una auditoría del 2020. "Está clarísimo que el nomenclátor está desproporcionado por lo que respecta a las denominaciones de mujeres", confesó Cazeneuve, que animó a las autoridades a aprovechar las zonas "de nueva construcción de Barcelona" para "de manera inapelable, hacer visible aquello que ha sido invisibilizado".
A pesar de este matiz, algunos de los asistentes al acto discutieron la posición de los historiadores. "No es lo mismo contextualizar una estatua en un museo que hacerlo en un espacio público que, como habéis dicho, configura nuestra manera de ser y nuestra identidad", replicó una de las presentes en el foro. "Una mujer que ve que una calle lleva el nombre de un agresor, de un conquistador o de un maltratador no se hará tan suyo ese espació como cualquier otra persona", añadió. El debate está servido.
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