Al igual que hizo la semana pasada en comisión, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido este viernes en el pleno municipal suspender la demolición prevista de la masia de Can Paronet (Horta-Guinardó), un lugar con su historia: allí las lavanderas lavaban ropa de la Barcelona burguesa.
La masia queda amnistiada temporalmente por tres motivos, según ha explicado la primera teniente de alcalde, Laia Bonet. Una, esperar a conocer si Can Paronet, que no está catalogado y por lo tanto carece de protección para preservarla del derribo, merece eludir la piqueta por su valor patrimonial. Para ello se ha encargado un informe al departamento de patrimonio arquitectónico del ayuntamiento.
Además, el plan previsto en el espacio, la ampliación de una residencia, requiere una adaptación a una normativa del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) así como un informe de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM).
Práctica unanimidad
Todos los grupos han votado a favor de la decisión del gobierno de Jaume Collboni excepto Vox, que se ha abstenido. La demolición suspendida forma parte de un proyecto promovido por la congregación religiosa de las Mínimas -con un convento situado a escasos metros- y la empresa Alta Future para ampliar un geriátrico. Por ahora, la casa seguirá en pie.