La ordenanza que regula las terrazas y que fija la tasa que pagan en Barcelona ha sido aprobada definitivamente este viernes en el pleno municipal cerrando así un proceso largo y tortuoso que pasó por la retirada de las ordenanzas municipales por falta de apoyo de la oposición, y de concejales por parte del gobierno del PSC para lograr la mayoría.

Finalmente, el gobierno de Jaume Collboni pactó la ordenanza con Junts, y en el pleno de enero era necesario dar respuesta a las alegaciones presentadas a la norma, que fue aprobada en enero de forma retroactiva e inédita: hasta ahora siempre las ordenanzas se habían aprobado en diciembre para estar en vigor el 1 de enero.

El desenlace tiene su aquel: la ordenanza se ha aprobado con el apoyo de todos los grupos menos ERC y Barcelona en Comú, los posibles socios de gobierno de futuro para Jaume Collboni, como apoyos estables internos o externos, que la han rechazado como hicieron durante su negociación.

Alegaciones desestimadas

Ahora, ha explicado el teniente de alcalde Economía, Jordi Valls, había que dar réplica a las cuatro alegaciones presentadas, que han sido desestimadas. Una era del Consell de Gremis de Comerç Serveis i Turisme de Barcelona, una del Gremi Artesa de Xurrers, una de la Fira de Santa Llúcia y unade la FABV. Las tres primeras pedían mantener la bonificación del 75% de la tasa, como se hizo en los años de la pandemia del covid. Algo, ha precisado el concejal, que ahora legalmente ya no es viable.

La alegación de la FAVB planteaba que la ordenanza rompía el principio de la capacidad contributiva, que dice que pague más quien más tiene. Valls entiende que la ordenanza que cumple con ese principio.