La fiesta mayor de Barcelona termina este lunes con una afluencia masiva, entre otros factores por nuevos escenarios que han logrado el beneplácito ciudadano. Los actos diurnos han estado marcados por un ambiente distendido y festivo y la programación nocturna ha contado con conciertos de gran tirón de público. Más de un millón de personas, ha calculado el consistorio, han participado en la celebración.

La seguridad, no obstante, ha enturbiado un balance que habría sido pletórico. Pese a que la edición 2023 ha registrado incidentes de menor gravedad que la anterior, cuando se produjo una batalla campal en plaza Espanya y un joven murió apuñalado, el balance de este año incluye al menos 35 detenidos en tres noches y cinco heridos por arma blanca la madrugada del sábado al domingo.

Más público en los conciertos

Cultura popular, conciertos y espectáculos callejeros han llenado la ciudad los cuatro días de fiestas. Si bien la afluencia total es muy similar a la de la edición 2022 –unas 1.042.000 personas según el balance oficial definitivo–, la distribución por disciplinas varía un poco. Este 2023 las artes callejeras y la música en directo han cosechado 110.000 y 365.000 participantes respectivamente, mientras que el anterior registraron 170.000 y 260.000 personas. El Piromusical, pese a que este año no cuenta con la Font Mágica, se mantiene como broche de oro con una banda sonora a cargo del Sónar.

Los desplazamientos en transporte público han notado claros incrementos de pasaje respecto a las mismas fechas del año pasado. Concretamente el viernes se contabilizaron hasta 2,27 millones de usuarios en la red de TMB (+23%), 1,6 millones el sábado (27%) y 1,26 millones el domingo (19,5%).

Escenarios que debutan y desaparecen

Música y artes han sido de nuevo la punta de lanza para la descentralización de la fiesta, con escenarios periféricos esparcidos por 9 de los 10 distritos de la ciudad. Solo Gràcia, por las escasas semanas transcurridas desde su popularísima fiesta mayor, ha quedado fuera del programa 2023 pero ha protagonizado una divertida anécdota gracias a sus castellers.

Ha destacado en especial el estreno del parque de la Estació del Nord como emplazamiento de las artes escénicas que albergaba la Ciutadella los últimos años. El traslado, que generaba dudas por el éxito que tenía el anterior escenario, ha superado la prueba con creces. También se ha estrenado la superilla de Consell de Cent, con buena aceptación. Y el parque Joan Miró ha consolidado su especialización familiar con más espacio para espectáculos y atracciones, en su última Mercè antes de las monumentales obras de FGC.

Por otro lado, un partido del Barça ha estresado la habitual Mercè sin prisas del castillo de Montjuïc y el palacete Albéniz, al desembarcar en la montaña miles de aficionados que acudían al estadio Lluís Companys. El pulso futbol-patrona, por cierto, lo ganó el furor culé con muchas más almas pendientes de la Liga que de los shows de circo.

A diferencia de Ciutat Meridiana, que repite como escenario, el Bon Pastor y la Trinitat Vella se han quedado sin Mercè este año. Una ausencia que ha disgustado a los dos vecindarios, que agradecían la oportunidad de sacarse de encima malas famas y atraer a barceloneses y medios de comunicación en clave positiva. En el plano político, ha sido noticia la presencia del alcalde Jaume Collboni en la misa de la Mercè, a diferencia de su predecesora, así como el contundente pregón de Najat El Hachmi.

Madrugadas movidas

También la noche estrenaba un escenario importante: un solar de la calle Menéndez y Pelayo ha acogido la programación musical que antes ocupaba la avenida Maria Cristina. Las aglomeraciones y un apuñalamiento mortal el año pasado llevaron al Ayuntamiento de Barcelona a lanzarse a probar un escenario alternativo en Les Corts. Con artistas de moda y situado entre la Zona Universitaria y el Camp Nou, ha debutado convertido en uno de los dos puntos calientes de juerga juvenil con 85.000 asistentes en tres noches.

El otro bastión de los noctámbulos ha sido el litoral: el escenario de la playa del Bogatell tuvo un pico de afluencia de 40.000 personas el viernes y el del Moll de la Fusta atrajo 26.000 en dos noches. Aunque el verdadero tirón de público se lo ha marcado un evento nocturno muy distinto: el espectáculo de drones del Espigó del Gas de la Barceloneta. Esta alternativa sostenible a la pirotecnia congregó a 80.000 asistentes el domingo.

Seguridad enturbiada

Cinco apuñalados han entelado la ausencia de grandes disturbios durante la Mercè 2023. Los Mossos d’Esquadra investigan un episodio confuso la noche del sábado al domingo, cuando cinco personas resultaron heridas de diferentes consideración en la avenida Icària, cerca de los conciertos del Bogatell. Si bien el comisionado de Cultura Xavier Marcé –que en breve será nuevo concejal del gobierno de Jaume Collboni– las atribuyó a un solo grupo “asalvajado” de personas, fuentes de la policía catalana apuntan que esta es solo una de las hipótesis sobre la mesa y ni siquiera dan por seguro el número de víctimas.

La Guardia Urbana ha detallado que el viernes se detuvieron 16 personas por incidentes en actos de la Mercè, el sábado otras 19 y el domingo aún 10 más. Son los únicos datos disponibles por ahora. Los Mossos d’Esquadra prevén dar sus cifras en un balance específico este martes por la mañana. Quizá la panorámica final de ambos cuerpos policiales permita comparar mejor la seguridad de esta edición 2023 con las precedentes. La noche central de las fiestas de 2022 hubo un asesinato entre la multitud –de cuya autoría no hay pista alguna– y medio millar de personas se enfrentaron a la brigada de limpieza y la policía en una madrugada que acabó con comercios saqueados y motos y contenedores calcinados.