Con los cruceros sucede como con los hoteles: hay infinidad de categorías y poco tienen que ver los servicios, precios y usuarios del alojamiento de una estrella respecto al de cinco. Pero pese al habitual protagonismo de las macrociudades flotantes para incluso más de 6.000 pasajeros, las vacaciones en el mar también ofrecen un universo pequeños y medianos cruceros (desde apenas un centenar de viajeros), cuyos cuyos clientes representan uno de los segmentos más deseados del mercado turístico. Barcelona no solo es el principal puerto de cruceros de Europa, sino que en los últimos años ha ido escalando posiciones en la atracción de los barcos de lujo y Premium: este año han representado un tercio de los atracados en los muelles del Port, mientras que el año que viene alcanzarán un 38% del total.