Fragmentadas, redistribuidas o reinventadas, miles de viviendas en Barcelona de tamaño mediano o grande han dejado de acoger familias para adaptarse a la nueva y feroz ley del mercado inmobiliario. En tiempos de escasez de estoc de alquiler y de precios en permanente ascenso, las habitaciones se han convertido en la moneda de cambio en auge, por abarcar dos públicos disparados en la capital catalana: el de estudiantes o teletrabajadores internacionales de paso, y el de barceloneses jóvenes que solo pueden aspirar a compartir hogar por el momento. El resultado es una creciente oferta que abarca desde las versiones más económicas a las elitistas (y de gestión profesionalizada) en alquiler, pero que abre ya la puerta incluso a la venta de estos microespacios, "para vivir o para invertir".
Fenómeno urbano
El imparable 'boom' de las habitaciones en pisos de Barcelona: para alquilar y hasta comprar
Algunos pisos redistribuidos y arrendados por cuartos generan incluso más de 7.000 euros mensuales
Mil euros por una habitación: el negocio del alquiler compartido eclosiona en Barcelona
La oferta y demanda de alquileres de temporada se dispara en Barcelona
Los sinsabores de compartir piso en Barcelona
Un joven que comparte piso en el Eixample de Barcelona. /
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