Taladas ocho datileras

Barcelona empieza a regar ahora todas las palmeras como la que mató a Shamira

Un operario del Ayuntamiento de Barcelona revisa una palmera datilera en la plaza del Pes de la Palla. En el vídeo, el jefe de arbolado de Parques y Jardines explica la principal hipótesis de la caída de la palmera. / Foto: JORDI RIBALAYGUE | Vídeo: EFE

La muerte de Shamira ya ha provocado cambios en las tareas de jardinería de las datileras de Barcelona. Aparte de comenzar a inspeccionar las palmeras de similares características a la que se partió, el Ayuntamiento ha empezado a regar una vez por semana los 914 ejemplares semejantes al que causó el accidente que aplastó a la chica de 20 años. Es una medida del todo excepcional, explica el consistorio, dado que solo se riegan los árboles plantados hace menos de cuatro años en la ciudad, identificables por las estacas que los flanquean a un lado y otro, llamadas tutores. Además, se han talado ocho datileras tras examinarse un centenar después del siniestro, ocurrido en el Raval el pasado jueves.

El jefe de arbolado de Parques y Jardines, Joan Guitart, ha asegurado este miércoles que las datileras sacrificadas no se han arrancado por hallarse en un estado “incorrecto”, sino porque no se ajustaban al “grado de tolerancia” que el Ayuntamiento marca en la revisión en marcha para mantenerlas en pie, algo más exigente que antes del imprevisto de la semana pasada. “Ante la duda, hemos optado por cortarlas. Se les vio un estrechamiento similar al de la que se fracturó y, ante el episodio de sequía, se determinó talarlas”, ha comentado.

La mayoría de las que se han serrado se hallaban en los distritos de Ciutat Vella y Sant Martí. Se cuentan unas 2.500 datileras en la capital. Se trata de una especie que dejó de plantarse en 2014 en Barcelona. 

La sequía, principal hipótesis

La escasez de lluvia es el motivo que ha conducido también al Ayuntamiento a rociar ahora las datileras. Los árboles que llevan más de cuatro años plantados en la calle no se riegan, pero la muerte de Shamira ha obligado a revisar la pauta. “Hemos regado todas las palmeras de características similares. La orden de riego se mantendrá hasta que no cambien las condiciones de sequía”, ha indicado Guitart.

Bajo el viraje subyace que el estrés hídrico por la falta de lluvia se perfila como la causa probable de que la copa de la palmera de la plaza Emili Vendrell se derrumbase. “A raíz de esa hipótesis, se ha tomado la decisión de regar”, ha reconocido Guitart. En todo caso, ha puntualizado que aún faltan por sopesar condiciones como el peso y la estrechez del tronco que se quebró. Se sigue a la espera de los resultados definitivos para esclarecer el porqué del infortunio que acabó con la vida de una joven.

Por ahora, el Ayuntamiento limita la campaña extraordinaria de riego a las datileras. “En caso de que detectáramos otras especies con riesgo de fractura por el mismo motivo, también se regarían”, ha aclarado Guitart.

Un ejemplar que "baila bien"

El consistorio prevé que el chequeo de las palmeras se complete en pocos días. Una brigada se ha desplazado con una grúa este mediodía a la plaza del Pes de la Palla, en el Raval, donde han comprobado el estado de una datilera, espigada y alta como un bloque de viviendas de la zona.

Los operarios han arrancado algunas ramas secas, han mirado el nido por si había polluelos para detener las comprobaciones -no ha hecho falta, estaba vacío-, han golpeado el tronco para auscultarlo y, también, lo han sacudido para cotejar la estabilidad. "Tiene un movimiento armónico. Baila bien", ha descrito Guitart, a modo de aval.

Lo habitual es que las palmeras se sometan a prueba cada dos años. Las más de 900 incluidas en el análisis de excepción tras el siniestro atienden a tres rasgos que la asimilan con la que se vino abajo: potencialmente afectadas por la sequía, estrechamientos en el tronco y coronadas por nidos. Aunque no todas reúnen las tres condiciones, sí se observan muchas con estrecheces.

El Ayuntamiento tala unos 500 árboles por año -palmeras incluidas- por no ajustarse a los umbrales de seguridad delimitados. Guitart ha precisado que no representan ni el 1% de la masa forestal del núcleo urbano de Barcelona, alfombrado con más de 301.000 ejemplares.