La Guàrdia Urbana de Barcelona detuvo este pasado viernes a un hombre robó una moto, la pilotó borracho a gran velocidad por las calles del Eixample hasta acabar chocando con un taxi, un árbol y, finalmente, otra motocicleta que estaba estacionada.

Según ha explicado el cuerpo de seguridad en sus redes sociales, el hombre había entrado en un concesionario para, aprovechando que una de las motocicletas del establecimiento tenías las llaves puestas, fugarse a lomos de ella y acometer una huida que poco después acabaría de forma accidentada.

Otro suceso más, en este caso sin resultados personales tan trágicos, sobre una motocicleta en un año en que ha aumentado los accidentes con este medio de transporte en Catalunya: entre enero y lo que llevamos de mayo ya son 14 los fallecidos.