Agua corriente

In-so-por-ta-ble

Tráfico en la calle Marina de Barcelona, el pasado septiembre. / Ferran Nadeu

Necesitaría cuatro ojos más, como mínimo. Un par en cada sien y otro tanto en el hueso occipital. ¿O mejor en el parietal? Que sean dos más. En total, ocho ojos controlando cada metro a su alrededor, asegurando el avance. Esto es un peligro, así lo siente. Unos atacan por aquí. Otros por allá. Una barbaridad. Insoportable. In-so-por-ta-ble. Y se lo repite así, separando las sílabas, para dejar clara la lentitud de la agonía.