A partir de mayo

La valla del Carmel: el cuestionado muro con el que Barcelona pretende frenar el turismo masivo

Rosa Alarcón sostiene que la reja “ayudará a gestionar” el flujo de centenares de personas atraídas por el mirador mientras los vecinos desconfían

Cierre perimetral Búnkers del Carmel

Un grupo de operarios se afana en los últimos días a finiquitar la obra que empezó en septiembre pasado en lo alto del Turó de la Rovira, de nuevo invadido en masa por los turistas. Mientras una multitud de visitantes remonta ávida la cima, presta a capturar una soberbia vista de Barcelona para las redes sociales o cargada de alcohol y comida para hacer botellón, los trabajadores plantan las últimas barras con las que están envolviendo los búnkers. La valla estará lista en mayo para cerrar el acceso a los vestigios de la Guerra Civil y es ingrediente esencial -aunque no el único- de la receta con que el ayuntamiento promete contener la masificación que abruma a los vecinos. En cambio, los colectivos movilizados contra la turistificación en el Carmel son escépticos: creen que el efecto del cercado será nulo, incluso contraproducente, y han exigido que la construcción se detenga.