"Barcelona ha pasado por un mal momento de suciedad"

Natividad Pintado es directora de un holding formado por dos empresas familiares –ella forma parte de la segunda generación: Sersa, dedicada a la limpieza de vía pública, el saneamiento urbano y la recogida de residuos; e Idonia Natur, centrada en la limpieza de equipamientos públicos. Considera que es muy fácil que un ciudadano pase de estar satisfecho del estado de su ciudad a verla sucia. En cambio, cree que es mucho más difícil que vuelva a tener una opinión positiva. Cree que Barcelona ha pasado por un mal momento en limpieza. ¿Dónde operan sus empresas? Tenemos contratos el Baix Llobregat, en el Vallès Oriental, en el Bages y en el Barcelonès. Es una empresa mediana, con 42 años de trayectoria. No es un sector muy conocido por la ciudadanía, que al final lo que ve es si la calle está o no limpia. Nuestra competencia son cinco multinacionales que copan una parte muy importante del mercado y sobre todo los grandes contratos, como pasa históricamente en el caso del Ayuntamiento de Barcelona. El ayuntamiento debería confiar en las pymes, no para lotes de 250 millones de euros, pero esos lotes podrían segregarse y ser accesibles para empresas medianas. Pimec está haciendo presión para lograrlo. Para los vecinos, el responsable es el ayuntamiento. Al final, lo es. La gestión es indirecta, se delega en las empresas. Barcelona adjudicó cinco lotes a empresas, va por distritos. Es el contrato más elevado del ayuntamiento.Cerca de 2.400 millones euros para ocho años. Unos 300 millones anuales. Es el contrato principal en todos los ayuntamientos. "Estoy completamente en desacuerdo con los casos de gestión directa del servicio, que existe en algunos ayuntamientos" ¿Por qué tiene sentido que la limpieza sea subcontratada a privados? Estoy completamente en desacuerdo con los casos de gestión directa del servicio, que existe en algunos ayuntamientos. Cuando eliminas la presión de la competencia externa, baja la eficiencia. La administración tiene que gestionar los recursos públicos, no hacerle la competencia a los servicios privados. ¿Cómo funcionan las adjudicaciones? Cuando te presentas a un concurso se establecen unas bases, el pliego de condiciones administrativo y el técnico. El administrativo determina las condiciones jurídicas de la contratación. El técnico indica qué tipo de limpieza se quiere para la zona afectada en el periodo de la concesión, que en Barcelona es de ocho años más dos de posible prórroga. Dos mandatos. Dos mandatos. Simplificando, cada empresa plantea cómo aplicará los requisitos solicitados y cuál es su presupuesto. Se adjudica el servicio y cada vez que se licita de nuevo se parte de cero. Ahí viene el gran problema de todas las empresas: cuando te adjudican un contrato, encargas la maquinaria prevista. Los camiones están tardando de ocho a 12 meses en llegar. ¿Y eso se nota en la calle? Tenemos contrato nuevo, pero hasta que vemos los nuevos equipos pasa tranquilamente un año. El momento más crítico de un contrato para una empresa y el ayuntamiento como responsable final es el último plazo, cuando los equipos tienen más averías. "El momento más crítico de un contrato para una empresa y el ayuntamiento como responsable final es el último plazo, cuando los equipos tienen más averías" Justo antes de renovar la concesión, el octavo año. El octavo año es el peor. Los vehículos están agotando su vida útil y en muchos casos ya no hay recambios, porque han salido versiones nuevas. Reparar una máquina barredora puede costar dos meses porque la pieza te tiene que venir de Alemania. Y con el covid ha sido una auténtica tortura. ¿El covid pudo influir en los problemas de Barcelona? Seguro. Durante la pandemia hemos tenido índices de absentismo nunca vistos siendo servicios esenciales que tenían que trabajar más del 100% en algunos momentos: se han tenido que hacer desinfecciones no previstas en los contratos con un 20% menos de plantilla porque la gente estaba con covid. Durante el confinamiento se dispararon los índices de recogida de residuos domiciliarios: la gente estaba en su casa. Y en la calle se entró en desinfecciones más intensivas. "Durante la pandemia hemos tenido que dar más del 100% del servicio con un 20% menos de plantilla porque la gente estaba con covid" El gobierno de Ada Colau atribuye los problemas de limpieza a la pandemia y al cambio de concesión de la contrata. El covid influyó. Y el final de contrato coincidió con los plazos de entrega retrasados por la pandemia. Sí, pueden ser vistas como justificaciones. Ahora bien, es potestad y obligación del ayuntamiento velar por que los servicios de las empresas se cumplan correctamente. ¿Cree que no ha sido así? Hay zonas de Barcelona con servicios más intensivos y otras en las que no lo están. Hay una cuestión fundamental que es la percepción que se tiene de la limpieza, que no siempre casa con la situación real. Históricamente, Barcelona ha sido una ciudad en la que la gente ha tenido sentimiento de pertenencia, de que hay que cuidarla, muy enraizado. Creo que se está perdiendo. ¿Eso significa que a la gente le preocupa menos tirar un papel al suelo? Cuando quieres menos las cosas las cuidas menos. "No combatir el incivismo lleva a que una ciudad esté más sucia. El incivismo cuesta mucho dinero al ciudadano" ¿Y eso es culpa de la gestión municipal? Habría que revisar la gestión municipal, tiene que haber una buena coordinación entre las empresas que hacen el servicio y la gestión municipal. Una calle con grafitis, no los artísticos, es una contaminación visual que hace que la sensación de que la ciudad empeore. Puedes tener una calle limpia y tener la sensación de que no lo está. Es fundamental impedir el incivismo. No combatir el incivismo lleva a que una ciudad esté más sucia. No es cuestión solo de sancionar, sino de hacer campañas, de explicar a la gente los problemas que hay: el incivismo cuesta mucho dinero al ciudadano. Si tienes que pasar varias veces por una calle porque vuelve a estar sucia, eso cuesta un esfuerzo doble. ¿Está Barcelona más sucia que años atrás, especialmente los últimos? ¿O ha cogido mala fama y es difícil sacársela de encima? Es muy difícil mantener un nivel de satisfacción continuado en la limpieza, y es muy fácil cambiar esa satisfacción por insatisfacción. En poco tiempo, puedes hacer que un ciudadano que tenga la sensación de que la ciudad está limpia cambie de opinión. ¿Y al revés? Cuesta mucho más. Es donde estamos ahora. Yo también creo que Barcelona ha pasado por un mal momento, y que ha estado más sucia que antes. La limpieza no era vista como uno de los principales problemas de la ciudad y subió al segundo. Conseguir que baje al tercero o al cuarto costará mucho. "Es muy fácil cambiar la satisfacción por insatisfacción en limpieza. Al revés cuesta mucho más" ¿La sequía puede complicar hasta qué punto la limpieza? Es preocupante. Estamos salvando los muebles tirando de agua freática o de pozo. No se puede usar agua de red para limpieza de vía pública. Una alternativa es el agua de mar. Desalinizar es un proceso caro. De momento, las restricciones no han llegado a los hogares. En algunos municipios estamos usando agua de la piscina municipal para limpiar contenedores. ¿Y si no llueve? Tiene que llover.

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