Barcelona expande los parques de agua infantiles con la mirada puesta en la sequía

El verano será un poco más refrescante en Barcelona el año que viene, cuando la ciudad pasará de 3 a 12 parques infantiles con juegos de agua. Niños y niñas, y algún que otro adulto, podrán remojarse gratis en las tres infraestructuras ya existentes y las 9 que están terminando el papeleo para construirse en 2024. Eso sí, solo entrarán en funcionamiento si la sequía lo permite. Como ha explicado EL PERIÓDICO, el consistorio tiene en marcha las 10 primeras áreas de juego 100% accesibles con el objetivo de estrenarlas en 2024. La joya de la corona es la superárea de los jardines de Málaga. En paralelo, están ya redactándose los proyectos de 9 instalaciones estivales para refrescarse, con diferentes diseños y diseminadas por toda la ciudad. Su construcción también se prevé para el año que viene. Sequía a la vista El consumo de agua de estas atracciones es muy moderado, nada que ver con mini parques acuáticos. Son duchas gigantes o metralletas de agua, por ejemplo. Solo abren aproximadamente 3 meses, coincidiendo con las vacaciones escolares de Sant Joan al Onze de Setembre. Luego se retiran y aguardan en almacenes municipales al siguiente verano. Funcionan seis horas al día: de 10h a 13h y de 17h a 20h. Se activan con un botón con temporizador y además tienen un contador topado: si a alguien se le ocurre pasar la mañana apretando el botón, cuando alcance el máximo establecido se cerrará el grifo. Aun así, el Ayuntamiento prefiere rebajar expectativas por si finalmente este verano no pudieran abrir las tres instalaciones existentes, que están situadas en Canyelles, Bon Pastor y Horta. “Estamos pendientes de las restricciones y medidas que se dicten contra la sequía, si no llueve suficiente este abril y mayo”, apuntan fuentes municipales. La empresa municipal BCASA estudió el consumo del juego instalado en Canyelles, que fue la prueba piloto, y era equivalente al de una fuente de agua ordinaria de la ciudad. El fiasco de Casernes La expansión de estas atracciones, que son corrientes en países como Francia, se ha visto muy marcada en Barcelona por el fiasco del primer “refugio climático” en el parque Santiburcio, en las Casernes de Sant Andreu. Consistía en un grupo de chorros que salían del pavimento y que reaprovechaba el agua como hacen las fuentes ornamentales. Abrió en 2018 y tuvo que clausurarse ese mismo verano, tras la sospecha que tenía alguna relación con 12 intoxicaciones y gastroenteritis entre usuarios adultos y menores. La Agencia de Salud Pública de Barcelona investigó el caso y no dio con una causa-efecto clara, pero el incidente ha supuesto un punto de inflexión. Esta agencia mitad municipal y mitad autonómica ha impuesto 5 condiciones a los parques de agua que abran en la ciudad. El agua debe ser potable y sin recirculación, con un bajo consumo puesto que es a fondo perdido. Siempre, sin excepciones, debe caer de arriba hacia abajo y evitar elementos en los que pueda acumularse y formar abrevaderos. Además el pavimento tiene que ser accesible y antideslizante, la infraestructura se debe retirar en temporada baja y funcionar con horario en verano. ¿Dónde estarán? Los emplazamientos elegidos para los 9 futuros parques de agua son los siguientes: Jardines de Málaga Parque de Can Batlló Parque de Joan Miró Plaza de las Caramelles Jardines del Baix Guinardó Parque de las Glòries Parque del Canòdrom Casa de l’Aigua de Trinitat Vella Plaza del Maresme

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