Barcelona no es amable con los valientes que buscan piso de alquiler, un mercado con una oferta limitada y mucha demanda permanente. Menos aún con los que desean vivir solos, dados los precios actuales y filtros como los seguros de impago. Pero si a esta coyuntura se añade que el aspirante a inquilino tiene un animal de compañía, encontrar vivienda en la capital catalana se convierte en una auténtica hazaña. Incluso lograr una habitación en un piso compartido es mucho más difícil con un perro o un gato por las reticencias del titular.
Mascotas
La odisea de alquilar un piso en Barcelona con un perro o un gato: "No había negociación posible"
Solo un 6% de los anuncios de pisos en alquiler en Barcelona aceptan mascotas, según un estudio de Fotocasa y Fundación Affinity
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