El problema de los arrendamientos

Mil euros por una habitación: el alquiler compartido eclosiona como negocio en Barcelona

El encarecimiento de la vivienda propicia una mayor demanda de espacios pequeños donde residir temporalmente y genera una creciente oferta con gestión profesionalizada

Propietarios que ya no quieren arrendar de forma tradicional optan por nuevas formas de explotación más seguras y lucrativas

Un hombre busca una habitación en un poratl inmobiliario / Manu Mitru

Tras algún disgusto con el cobro del alquiler del piso que heredó de sus padres, Elena M. decidió hace unos meses hacer caso a un amigo y cambiar de fórmula. Ya no arrienda la vivienda del Poble Sec por 950 euros, sino que tras realizar algunas mejoras 'exprime' una a una sus habitaciones a razón de 600, 500 y 450 euros, según tamaño, hasta obtener 1.550 euros mensuales. La primera se la alquiló a una amiga que ejerce de responsable del inmueble y controla al resto de inquilinos. No es la única fórmula que rompe el molde del tradicional piso compartido de estudiantes donde se repartían gastos. La evolución del mercado --sea por los precios o por inseguridad jurídica-- ha llevado a muchos propietarios, tanto particulares como gestores de inmuebles, a optar por alquilar cuartos para estancias medias a personas que no se conocen entre sí pero compartirán cocina, salón y baño para una permanencia mediana o larga. En muchos casos, con gestión profesionalizada a través de plataformas o empresas, y con un segmento de precios cada vez más alto que llega a superar incluso los mil euros al mes por una habitación en Barcelona, muchas veces con aspecto casi de hotel.