La temporada baja trae 'calçotades', vermuteo, cine y música a los hoteles de Barcelona

Armados con baberos, porrones y cuencos de romesco, algunos barceloneses han comenzado a tomar estos días la terraza del lujoso hotel Me Barcelona, en el Eixample, para sumergirse en una 'calçotada' urbana en toda regla. Los turistas escasean en estas fechas, en plena temporada baja del turismo en la ciudad, devolviendo el protagonismo a actividades hoteleras centradas en el público local. 'Calçots', vermuts musicales, brunchs, cine, música y otras actividades, abiertas tanto a posibles huéspedes como a la población local, animan el invierno y reivindican la hiperactividad de en algunos establecimientos. La agenda de los hoteles barceloneses suma ya años de imaginación para encajar muchos más usos que el alojamiento. Las terrazas son su principal motor, convertidas en todo un fenómeno en cuanto llega el buen tiempo para disfrutar de copas, gastronomía y música a la fresca, pero ahora destacan iniciativas igualmente tentadoras y más pintorescas con gran éxito entre los barceloneses. El Gremi d'Hotels da alas a muchas de ellas desde mesqhotels.cat, fomentando esa interacción. La patronal pone énfasis en que "durante todo el año se puede disfrutar de actividad" en muchos establecimientos: de los spas a la gastronomía, pasando por montajes más singulares que hace unos años habrían resultado impensables en hoteles de cinco estrellas. Tratando a la vez, de "acercar al visitante a la cultura de proximidad", mediante arte, cocina, historia y otros ganchos, apuntan fuentes de la patronal. El caso del Me Barcelona es una apuesta del grupo Belbo Collection, que cuenta con tres restaurantes en este hotel abierto el año pasado, y que ha querido llevar la tradición de la 'calçotada' a la terraza de 800 metros cuadrados de Belbo Terrenal. Así, en un interior de manzana en la calle de Casp junto al paseo de Gràcia acaban de lanzar esta propuesta que se mantendrá varios fines de semana (13.00 horas). Sus chefs preparan a la brasa los humeantes tubérculos in situ, mientras los clientes ataviados con babero inician el festín con porrones de vermut, secallona, pan de payés y olivas. Las tejas se sirven sin límite, cuentan, como primer pase, antes de que lleguen la carne y las alcachofas, que si el tiempo no acompaña servirán en la parte interior. Vino, alioli, crema catalana con carquiñolis y copa de cava rematan la experiencia (de esencia rural), implantada con gracia en este cinco estrellas, a 41 euros. De la brasa a la fresca a la música con velas No es la única fiesta del 'calçot' que uno puede encontrar en un hotel en pleno centro. Tras el éxito del año pasado, Renaissance Barcelona Hotel, en Pau Claris y también de 5 estrellas, volverá a asar las sabrosas cebollas en el restaurante de su terraza, Goja Rooftop, a partir del día 28 de enero y hasta el 26 de marzo, todos los sábados y domingos a la una. También aquí se pueden engullir a destajo, antes de dar paso a una parrillada de butifarras y costillas de ternera, con 'mongetes' y patatas, postre y bebidas por 42 euros. A destacar, explican, que también cuentan con 'calçotada' vegetariana (verduras en lugar de carnes), para adaptarse a todas las dietas. Sin salir del corazón de Barcelona, en el hotel The One Barcelona también recuperan una propuesta gastronómica singular con la que habían arrasado otros inviernos: la fondue suiza, para entregarse al queso fundido y combatir con calor (y calorías) el gélido invierno que ha irrumpido esta semana. Su Mood Swiss fondue experience, relatan, se mantendrá hasta el 19 de marzo, todos los días de 13.00 a 22.30 horas. Se puede optar por uno de sus cuatro menús (la novedad es la fondue de champán, que se combina con quesos gruyère, vacherin fribourgeois y tête de moine), pero también se puede elegir en su carta (adaptada este periodo) entre varias fondues, en función de la proporción de unos u otros fragantes quesos, así como otros platos helvéticos. Como remate, también para subir la temperatura, se preparan fondues de chocolate y otros postres suizos, que tan bien conoce el director del hotel, de esa nacionalidad, en un ambiente que recrea el ambiente de montaña de Friburgo con manteles de cuadros en su terraza panorámica. A poca distancia, en el Hotel El Palace Barcelona, uno de los 'gran lujo' más volcados en actividades ciudadanas todo el año, este invierno han vuelto a recrear en la pérgola de su terraza un 'chalet' de montaña al estilo de los Alpes, donde sucumbir a poderosos platos de la zona, como la raclette, hasta el 26 de febrero. Pero también han levantado el telón de su Winter cinema, con parafernalia de jardín alpino y cuatro mini chalets provistos de mantas y cojines para glamurosas sesiones de cine (de 'Notting Hill' a 'ET') en pareja o con un niño, en un pack que incluye palomitas, vino y esnacs. Por último, en la Sala Gran Vía programan impresionantes conciertos Candlelight a la luz de centenares de vela. Músicos y grupos de diferentes estilos musicales ofrecen tributos a famosos artistas. Hasta petanca Un hotel que en pocos meses ya se ha convertido en punto de encuentro en Diagonal con Glòries, The Hoxton, arrasa los sábados con su Brunchmut, consistente en sumar "lo mejor de lo local y unirlo con lo más 'trendy' a nivel internacional", apuntan. De ese modo, han aliado el infalible vermut patrio, con encurtidos, bocata de calamares y croquetas, junto un despliegue de imprescindibles de los 'brunch', como son huevos (Benedict o tortillas variadas), dulces y cócteles, rematados con ratafía. Para cerrar el planazo (de 11.30 a 15.00 horas, 38 euros), han agregado petanca y un DJ pinchando 'hits' de indie-rock nacional e internacional. La lista suma y sigue con los 'superbrunchs' dominicales que montan Majestic Spa & Hotel Barcelona, Intercontinental Barcelona (este el primer y tercer domingo de mes, y con música en vivo) o el de Martín Berasategui en Monument Hotel (primer y tercer domingos del mes); las visitas guiadas que regularmente ofrece el Cotton House para descubrir su pasado de industria algodonera, las muchas terrazas que se mantienen abiertas y climatizadas en invierno, o las propuestas promocionales que preparan los hoteles de cara a San Valentín.

La temporada baja trae 'calçotades', vermuteo, cine y música a los hoteles de Barcelona

Los meses sin apenas turismo traen actividades pensadas para el público local, que abarcan de la gastronomía a la diversión

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