En el corazón de Barcelona

La Boqueria sin 'Pinotxo': Otros cuatro comerciantes históricos siguen al pie del cañón

  • Igual que hiciera el célebre Juanito durante años, un puñado de paradistas de siempre se aferran al trajín mercado por pura pasión, incluso más allá de la vida laboral

Eduard Soley, y su hijo Jaume, ahora al frente del negocio, en su puesto de la Boqueria. / Jordi Cotrina

Eduard Soley (75 años) podría sumar dos lustros tumbado a la bartola, ejerciendo su bien merecida jubilación, pero lleva la Boqueria en la sangre y no resiste la tentación de acercarse a diario al puesto de frutas y hortalizas que sus antepasados forjaron en 1864. "He tenido la suerte de que el mercado me gusta tanto que para mí más que un trabajo siempre ha sido casi una diversión, un punto de encuentro", señala a este diario. Aunque ya ha cedido el timón a su hijo Jaume, sexta generación Soley, mantiene viva la pasión por este zoco barcelonés, en el que se crio bajo el mostrador cuando su madre despachaba. Viene a ser otro Juanito del bar Pinotxo, jubilado recientemente con 88 años, al que solo la salud ha apeado de la hiperactividad.