'Factchecking' a la hoja de ruta para "reconquistar" Montjuïc: lo ejecutado y lo que está por hacer

Montjuïc busca encaje en la Barcelona postpandémica. Mustios ya los frutos del esplendor olímpico, el futuro de la montaña pende de nuevo de una operación que la reconcilie con los barceloneses y corrija las deficiencias que han tendido a desacoplarla del pulso diario de la capital, pese a atesorar un repertorio vasto de museos y jardines. El norte lo marca el plan de actuación de Montjuïc, sellado en 2019 para formalizar la aspiración de convertir el promontorio en el gran parque natural y cultural de la ciudad para el recreo vecinal. Buena parte del centenar de medidas que el libro blanco incorpora no se ha desarrollado aún. Si bien se prevén obras en 2023, el éxito o el fracaso del reto queda en manos del gobierno municipal que capitanee el ayuntamiento tras las elecciones del próximo mayo. Hasta ahora, las pretensiones aperturistas de la montaña se han visto entorpecidas por las carencias reconocidas en la hoja de ruta, que reúne los quehaceres que el consistorio debe atender de aquí a 2029, cuando se conmemore el centenario de la Exposición Universal que reconfiguró Montjuïc. El documento aboga por ampliar la oferta ahora escasa en transporte público, adecentar parajes degradados, recobrar senderos en desuso, moderar la acumulación de conciertos y actos multitudinarios, reducir el tráfico de vehículos y aumentar la presencia policial. El memorando se sintetiza en un propósito que describe pomposo: la “reconquista de la montaña por la ciudadanía”. Los redactores del plan juzgaron factible que la mitad de las propuestas fueran realidad antes de que finalice 2024. A dos años de apurar el límite, los cambios de calado siguen pendientes de materializarse. Accesos mejorables “El transporte público es la gran asignatura pendiente”, destaca Ana Menéndez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) y forjada en las reivindicaciones del barrio de la Satalia, uno de los que flanquean Montjuïc. “Hay que mejorar la red de bus. Lo único que funciona bien es el transporte para turistas. Ellos continúan siendo una mayoría aplastante en la montaña porque los vecinos no tenemos vías de acceso adecuadas”, lamenta Menéndez. Opina que el plan para la montaña enumera “buenas intenciones, pero aún no se ven” suficientes resultados. El listado de proyectos menciona la posibilidad de integrar el teleférico en el sistema tarifario convencional, con una nueva parada intermedia en el Poble-sec. También se fija la tarea de poner calendario al alargamiento del metro hasta la montaña. Por el momento, no hay más noticia de ambas ideas. “El cambio debe venir por aumentar la frecuencia de los autobuses”, postula el concejal de Sants-Montjuïc, Marc Serra, que afirma que “se trabaja” en ello. El presupuesto para lograrlo se fía a un futuro impreciso. Si bien se ha regulado el estacionamiento y se han puesto cortapisas a la velocidad del tráfico, el ayuntamiento ha aplazado ‘sine die’ la apertura de carriles exclusivos para buses, taxis y bicicletas, que debían abrirse el marzo pasado. “Estuvimos a punto de conseguir que no circularan una alta cantidad de vehículos que aumentan la contaminación, pero se paró justo cuando se iba a hacer”, lamenta el presidente de la Asociación de Vecinos de Font de la Guatlla-Magòria, Lluís Maté, que juzga que el balance del plan es “escaso” por ahora. “Sin más transporte público, no se podía dejar desasistidas a 4.000 personas que trabajan en la montaña. Se tuvo que dar marcha atrás”, comenta Menéndez. Serra anuncia que, durante 2023, se recuperará un camino histórico que enlace el Poble-sec con las escuelas de Montjuïc, se acondicionará un sendero que circunde el monte, se habilitará un tramo de carril bici entre la plaza Espanya y la de Carlos Ibáñez y se instalarán ocho estaciones de Bicing. “Cuando hayamos introducido las mejoras en los accesos a pie, tengamos el Bicing y más frecuencia en el transporte público, será el momento de implementar los carriles exclusivos. No impedirán el acceso en vehículo, sino que dificultarán que Montjuïc sea un atajo para evitar la Gran Vía”, pronostica el representante de los ‘comuns’. Serra aclara que no hay fecha para estrenar las vías de circulación restringida. El concejal defiende que se han priorizado “unas 40 medidas que se han impulsado a corto plazo”, como la puesta al día de las señales. “Algunos equipamientos no estaban indicados y otros estaban mal señalizados”, explica. El incordio del ruido Pese al compromiso para atenuarlo, subsiste el malestar por la proliferación de eventos de gran formato. “Los conciertos y el ruido siguen. Los que estamos alrededor los sufrimos y, sobre todo, los sufre la montaña”, advierte Maté, que se queja de que haya quien suba a Montjuïc para dejarla “hecha un Cristo”: “No se ha gestionado mejor por culpa de los intereses de los espectáculos. Los vecinos no somos más que los porteros de la montaña, pero no tenemos la llave para abrir y cerrar el paso. Ese es el problema”. Según la empresa municipal BSM, la Anella Olímpica ha pasado de programar 87 actos en 2019 a 73 en 2022. En todo caso, la cifra de conciertos ha sido idéntica ambos años, 62. “Hay conciencia para controlar este desbarajuste, pero en 2022 hemos empeorado”, alerta Menéndez. “El verano pasado fue una explosión insoportable. Se han recuperado todo tipo de actividades, incluso algunas que nunca se habían hecho antes”, afirma. Serra responde que se han dado pasos para mitigar el “impacto medioambiental y acústico” de la cartelera de actividades. Las 18 actuaciones de música electrónica habituales en el Brunch in the park, en los jardines de Joan Brossa, “se han reducido a seis y el compromiso es bajar a cuatro”, concreta. Los grandes acontecimientos en Maria Cristina se han acortado “un 30%”, cuantifica el edil, que opina que aún debe profundizarse “un poco más” en el descenso, aun sin renunciar a que Montjuïc aloje celebraciones. "Barcelona es densa y la montaña es una gran ayuda en ese sentido", esgrime. El concejal postula que “quedan por desplegar actuaciones previstas, pero se va en la buena dirección” para abrir la montaña a la ciudad. Serra destaca la apertura de un centro de interpretación en el castillo y el certamen Viu Montjuïc, dos fórmulas con las que se quiere atraer a público barcelonés. La desescalada tras el confinamiento y las restricciones a la movilidad a causa del covid empujaron a una multitud de vecinos hacia Montjuïc. En aquellos días, los accesos llegaron a colapsarse. “Ahora la intensidad no tiene nada que ver, pero la tendencia es que crece la asistencia. Estamos en un momento de alta intensidad en el parque”, evalúa el edil. “Después de que el ayuntamiento lo haya intentado durante años, la pandemia ha hecho que una parte de los visitantes locales haya descubierto Montjuïc por fuerza mayor”, observa Menéndez, quien sostiene que falta invertir para regenerar áreas naturales y mejorar el mantenimiento. Son premisas que se desprenden del plan para la montaña. “Montjuïc sufre todavía de no tener una dotación presupuestaria adecuada. Aunque se definieron, hay actuaciones que no están dotadas con fondos económicos”, repara la dirigente vecinal. El Gobierno Colau promete inversiones en la montaña en 2023 Marc Serra recalca que el Ayuntamiento de Barcelona ha presupuestado “el primer grueso de inversiones de obra” del plan de Montjuïc para 2023. El miembro del gobierno de la alcaldesa Ada Colau cita una inversión de seis millones de euros para renovar 22 tramos de escaleras mecánicas. Se estudia que algunas se remodelen antes del traslado del Barça a l’Estadi Olímpic en el verano de 2023; el resto se pospondrán a cuando los azulgrana regresen al Camp Nou, se supone que a mediados de 2024. "Va en la línea de lo que pedimos para mejorar accesos, pero nos preocupa que vaya ligado a la promoción turística de la montaña", dice la presidenta de la FAVB, Ana Menéndez. También arrancarán los trabajos de estabilización de tierras en tres zonas seleccionadas. Costarán unos cinco millones. “Serán largos”, anticipa el concejal, que subraya que son claves para desencallar otros proyectos: “La zona de la pedrera es como un gruyer. Ha habido lluvias torrenciales que han provocado desprendimientos que ponían en riesgo equipamientos y viviendas del barrio de Can Clos. Sin un Montjuïc seguro, no podemos mejorar el acceso a la Foixarda, recuperar el faro o reabrir zonas cerradas”. La oposición reprocha lentitud. “Los desprendimientos crearon problemas en 2019 y, más allá de alguna pequeña intervención, los taludes no se han arreglado. La montaña está dejada, han caído un montón de árboles”, enfatiza Lourdes Vidrier, consejera de ERC en Sants-Montjuïc. “Hay zonas del parque muy degradadas”, coincide Georgina Lázaro, consejera de Junts, que reclama cuidar más las zonas verdes y el patrimonio. El consejero de Cs, David Lázaro, avisa sobre la inseguridad: “La sensación es que no se ha actuado todavía para reducir robos, actos vandálicos e incivismo”. Serra apunta que la comisaría de la Guardia Urbana en Sants-Montjuïc ha sumado 47 agentes desde 2021 y se espera una veintena más antes del próximo verano. “La presencia policial se ha incrementado cuando se celebran acontecimientos”, asegura. El consistorio prevé que se potencie más cuando el Barça se instale.

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