Movilidad sostenible

La gratuidad del transporte público desnuda el caos de descuentos sociales

Los expertos lamentan que se ponga como excusa la implantación de la T-Mobilitat, califican la situación de "caótica" y urgen a pasar de la igualdad a la equidad

Las ayudas a colectivos vulnerables siguen sin tener un modelo homogéneo y claro para los usuarios, que tienen distinta subvención en función del operador y el territorio

Validación de títulos de transporte, en una parada de metro de Barcelona / Ricard Cugat

La bonificación del transporte público se mantendrá en 2023 para Renfe y está por decidir qué pasa con el resto de la red. El asunto pone sobre la mesa el sentido último de un servicio ciudadano fundamental para la movilidad. Mientras que la rebaja del combustible fomenta el uso del coche en plena emergencia climática a la vez que aligera el bolsillo del contribuyente (el que tiene vehículo privado), las ayudas para coger el tren, el bus o el metro tienen como finalidad alentar los desplazamientos colectivos y sostenibles en tiempo aciagos. ¿Contradictorio? Según se vea... Las cifras demuestran que el tráfico apenas ha bajado y que la inversión global se ha decantado de manera mucho más importante hacia las gasolineras. Todo este paisaje ha dejado de lado el debate de la tarifación social, por la que cada usuario paga en función de sus circunstancias personales; un ámbito con buenas intenciones pero sin orden alguno. Y una buena oportunidad para pasar de la igualdad a la equidad.