Las cifras y la lógica apuntaban en esa dirección. Ahora también las encuestas: el transporte público sale de la pandemia con una situación si no delicada, cuanto menos repleta de incógnitas. Y ya no tanto por la desconfianza en tiempos de virus (que tampoco tenía mucha base porque se hicieron ingentes esfuerzos en garantizar la seguridad sanitaria), sino por elementos ajenos como el teletrabajo, las alternativas de 'sharing' o la crisis económica que todos los expertos auguran para los próximos tiempos. El metro de Barcelona está al 95% de los registros previos al covid, mientras que el bus está al 85%, un porcentaje muy similar al de Rodalies. La encuesta de movilidad en día laborable de 2021, presentada esta semana por la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), deja claro que el futuro es una mezcla de retos estructurales y desafíos temporales.
Movilidad
El transporte público de Barcelona no logra dejar atrás el covid
Las empresas públicas blanden planes de futuro muy optimistas, pero la realidad es que las costumbres pos-covid y alternativas más eficientes ponen en jaque el sistema
Usuarios del metro, el pasado mes de septiembre. /
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