La crónica de sucesos ha sido cruel con La Mina, un barrio obrero en esencia y no tan distante en sus desvelos a otros vecindarios del contorno empobrecido de Barcelona, pero condicionado por el estigma duradero con que se le ha marcado a costa de sus vecinos. Lo lastran el trasiego con estupefacientes enquistado en algunas viviendas, las esporádicas batidas policiales contra el trapicheo nunca erradicado en este extremo del extrarradio y la conmoción de algún crimen que acaece de tanto en cuanto, como los dos homicidios recientes ocurridos en un lapso de un par de semanas, con trasfondos muy diferentes entre sí.
Pendiente de estudio
Frente común para implantar videovigilancia en La Mina
Sant Adrià recalca que el plan embrionario no se limitaría a un solo barrio y afirma que la 'conselleria' de Interior lo ve con buenos ojos para apuntalar investigaciones policiales en la zona castigada por la droga
Edificio de la calle Venus, en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. /
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