La 'Superilla' estudia reciclar al estilo Born los adoquines hallados bajo el asfalto

Uno de los 4 ejes verdes de la Superilla del Eixample, la calle Girona, escondía un modesto tesoro: adoquines bajo el asfalto. El antiguo pavimento que tapizaba la calzada ha aflorado con las obras y ahora el Ayuntamiento de Barcelona estudia reciclarlo mediante un tratamiento que elimina su característica superficie irregular y discontinua. Para convertir en accesibles los viejos adoquines, cada piedra se corta por la mitad generando dos piezas con la cara superior lisa. Las juntas entre piezas se rellenan al máximo para anivelar todo el suelo. Esta solución podría verse en varios tramos del nuevo eje verde, quizá también en esquinas, aunque no en la totalidad de la calle porque no se ha hallado tanto material. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, el gobierno municipal de Ada Colau tiene ya preparada la propuesta técnica y ha realizado una visita in situ con vecinos y comerciantes, a las que ha gustado la idea. Ahora busca el aval definitivo de las entidades de personas con movilidad reducida, mediante una sesión la semana que viene con barceloneses en silla de ruedas. Se trata de una experiencia ya conocida en Barcelona, concretamente en la plaza Comercial, frente al mercado del Born. El pavimento liso estrenado en este espacio en 2013 surgió de otro debate, el de la memoria histórica. Los antiguos adoquines, que eran parte del paisaje histórico del mercado de abastos, se combinaron con pavimento nuevo de granito para que el contraste de las dos texturas de piedra dibujase la traza de la Barcelona desaparecida tras la derrota de 1714. El adoquín visibiliza del trazado de las calles de la Ribera destruidas para alzar la Ciutadella borbónica, mientras que el granito cubre la superficie donde estuvieron las casas. Rumor en las redes En la Superilla, el debate sobre el pavimento tiene más que ver con la sostenibilidad y la accesibilidad. Este verano parte del tejido asociativo de discapacitados puso el grito en el cielo al ver los adoquines y se opuso a su recuperación. Temían el regreso de las calles de adoquines a la antigua, es decir, con los incómodos huecos entre piedras. El pasado fin de semana la queja de una entidad volvió a encender Twitter, e incluso les dio la razón el regidor de infancia, juventud, personas mayores y con discapacidad, Joan Ramon Riera (PSC), que recordó que en un proceso participativo se acordó un pavimento liso de fachada a fachada. Finalmente la propuesta del área de Urbanismo, que dirige la teniente de alcaldía Janet Sanz (BComú) casa la reutilización de los adoquines con garantizar la accesibilidad. “En el actual contexto de emergencia climática y falta de materias primas hay que aprovechar al máximo lo que la ciudad ya tiene, pero a la vez hay que garantizar que sea accesible el 100% de la calle”, contrapone Sanz. “La propuesta que están trabajando los técnicos es cubrir todas las juntas y cortar las piezas para obtener un pavimento como el que rodea el mercado del Born”, confirma. Y sin el aval total de las entidades especializadas, no se hará. Los tramos de adoquín que deban soportar el paso de vehículos tendrán juntas rellenadas con mortero, más resistentes. Mientras que en los tramos peatonales podrán rellenarse las juntas de forma manual, con un trabajo más fino, apunta la concejal. “En los dos casos el pavimento quedaría absolutamente liso”, insiste Sanz. Raíles insertados Los adoquines no son la única sorpresa que ha aflorado bajo el asfalto de la calle Girona. También aparecieron vías del antiguo tranvía, concretamente entre la Gran Vía y Consell de Cent. Se integrarían a ras de suelo en la nueva urbanización, para decorar “un tramo de una manzana, insertados en el pavimento, como se ha hecho en otras ciudades”, avanza Sanz. ¿También en Rocafort? Tal como ha presenciado El PERIÓDICO, en otra calle de la 'Superilla' también han aparecido adoquines, aunque han quedado mucho más escondidos. En el tramo entre Diputació y Gran Via, como mínimo, se aprecia la silueta de los viajos adoquines sin juntas bajo el alquitrán. Al abrir una zanja de poca profundidad han quedado a la vista los diferentes estratos históricos de pavimentación. En este caso el Ayuntamiento aún no ha estudiado si las piedras son recuperables. Paisaje en extinción Las calles de adoquines antiguos son un paisaje condenado a la extinción. Literalmente. El consistorio prevé sustituir este pavimento de forma progresiva, a medida que se remodelen las calles dónde aún pueden verse y pisarse. “No se sustituye de oficio, pero el día que en ese sitio hay un proyecto de renovación de la calle se eliminará”, indica Sanz. El material extraído, sin embargo, está llamado a reaprovecharse de algún modo. Hoy por hoy la solución ensayada en el Born es la más bien situada.

La 'Superilla' estudia reciclar al estilo Born los adoquines hallados bajo el asfalto

El consistorio busca el aval de las entidades de accesibilidad para una solución técnica que permite alisar el suelo y aprovechar el material

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