Fotografía

Un viaje a la Barcelona moderna y canalla de los 20 y 30 de la mano de Gabriel Casas

  • El Palau Robert exhibe un centenar de instantáneas del pionero de la fotografía de vanguardia centradas en los bajos fondos, el music-hall y el deporte 

  • La exposición recupera el trabajo de un autor tan fundamental como desconocido debido a la Guerra Civil y a las desventuras de su legado 

Miembros de la Guardia Civil en el campo de Les Corts durante un Barça-Espanyol en 1925 / GABRIEL CASAS

A estas alturas el trabajo de Gabriel Casas (Barcelona, 1892-1973) no debería necesitar mucha presentación: el Museu Nacional le dedicó una retrospectiva, la primera, en 2015, y desde entonces, además del catálogo de la muestra han aparecido, como poco, un par de libros más sobre el artista. Pero la sombra del olvido es muy alargada, sobre todo para los que perdieron la Guerra Civil, y este fue el caso del fotógrafo. Fue detenido y encarcelado, y luego se le prohibió ejercer de fotoperiodista. Sus trabajos más comprometidos de la contienda quedaron ocultos en una maleta y se estropearon. El resto, permanecieron en su estudio en manos de un nuevo inquilino ajeno a la familia y no pasaron a ser custodiados por el Arxiu Nacional de Catalunya (ANC) hasta 1995. Así, pese a que Casas fue un pionero en el uso del nuevo lenguaje fotográfico de vanguardia y uno de los primeros en utilizar los recursos estéticos de la Nueva Visión de Moholy-Nagy, su obra permaneció silenciada durante décadas y aún no goza del reconocimiento que se merece. 

Barrio Chino

Ahora, el Palau Robert le dedica una nueva exposición, ‘Modernitat de Gabriel Casas i Galobardes' (hasta el 29 de enero), una muestra que ya ha pasado por la Fundació Palau de Caldes d’Estrac (Maresme) y que exhibe un centenar de imágenes de gran formato tomadas entre los años 20 y 30 en Barcelona, ese periodo de entreguerras que convirtió la ciudad en un punto de modernidad y canalleo del que gozaron tanto lugareños como expatriados. Había boxeo (mucho), carreras de coches – en Autòdrom de Terramar, en Sant Pere de Ribes-, jazz, cabarets, un turismo incipiente y mucha vida de noche. También había un barrio Chino que Casas supo fotografiar como nadie a imagen y semejanza de las instantáneas que Brassaï captó del París nocturno que le hicieron célebre. 

Espectáculo de las Sister’sGirls, una pareja de transformistas que actuaron en 1936

Gabriel Casas / Arxiu Nacional de Catalunya

Fútbol, boxeo y Josephine Baker

Ahí está la calle de Cid, con los dos locales más famosos y golfos de la época: La Criolla y Cal Sacristà, donde compartían espacio burgueses, periodistas, escritores, travestidos y prostitutas. Y junto a las imágenes, las vidrieras del burdel más famoso de la época en Barcelona: Madame Petit, ventanas que el Museu d’Història de Barcelona (Muhba) rescató cuando se demolió el edificio del Arc del Teatre que albergaba tan célebre lupanar.  La noche y el día, pues otro capítulo que recorre la exposición son los deportes: desde la icónica fotografía de la Guardia Civil en primera fila de las gradas de Les Corts, en un partido entre el Barça y el Espanyol celebrado en 1925, hasta los multitudinarios combates de boxeo que por entonces tenían lugar en La Monumental sin olvidar los coches y las carreras que llenaban el desaparecido Autòdrom de Terramar, en Sant Pere de Ribes (Garraf). 

El circuito inaugurado en 1923 y con la etiqueta de ser el tercero permanente de Europa tras Brooklands (Inglaterra) y Monza (Italia) no es la única arquitectura captada por las cámaras de Casas que ya no existe: en las paredes del Palau Robert también hay imágenes de Maricel Park, el parque de atracciones de vida efímera que ocupó Montjuïc tras la Exposición Internacional de 1929 y del Principal Palace con Josephine Baker en el escenario. Y así hasta cien instantáneas de un mundo y una ciudad que ya no existen, pero que se conservan en el legado de Casas.