Modelo de ciudad

De Michael Jordan a Rosalía: los 30 años de anillo olímpico en Barcelona

Son días de explotar la nostalgia por el recuerdo de los Juegos, pero también de valorar que, amén de recuperar las playas y abrir las rondas, 1992 dejó un legado de equipamientos en Montjuïc que hoy gozan de buena salud

Pebetero del Estadi Olímpic. Estas escaleras es el lugar de encuentro de un grupo de voluntarios de Barcelona 92 cada 25 de julio / Ferran Nadeu

Que el Estadi Olímpic Lluís Companys esté cerrado el día del trigésimo aniversario de la inauguración de los Juegos del 92 tiene lecturas para todos los gustos. Primero, la de los nostálgicos. Estos dirán que es ruin, que no puede ser que el símbolo de la Barcelona mundial y 'nostrada' no abra las puertas para que la ciudadanía evoque aquella explosión de emociones, con Antonio Rebollo lanzando una flecha en llamas que una patrulla de la Guardia Urbana esperaba cazar al otro lado del muro para que nadie resultara atravesado por el fuego de Olimpia. Pero hay otro punto de vista; más práctico y con visión de futuro. Que el recinto no tenga tiempo para melancolías significa o que está abandonado e impracticable o que tiene la cabeza en otras cosas, como el montaje del concierto de Iron Maiden, banda británica que en el 92 llevaba 17 años en los escenarios y que el viernes aterriza con su gira 'Legacy of the beast tour', que tuvo que ser cancelada por el covid en 2020. El anillo olímpico sigue muy vivo, y si hace 30 años tuvo a Michael Jordan, ahora saca pecho con Rosalía.