Movilidad activa

Barcelona se atasca con la regulación de los patinetes compartidos

El ayuntamiento lleva tres años estudiando cómo ordenar las licencias de 'sharing' de vehículos de movilidad compartida

El estacionamiento, el control de la flota y el formato del concurso público, principales escollos del proyecto

Dos jóvenes intentan subirse a un patinete compartido en Barcelona, en agosto de 2019, cuando las empresas operaban sin paraguas legal. / JOAN MATEU PARRA

Pocos medios de transporte, quizás ninguno, han experimentado un crecimiento tan efervescente como el patinete. Si la bicicleta se tomó su tiempo, con un regreso más o menos ordenado y de la mano de las mejoras en infraestructura, los vehículos de movilidad personal (VMP) se han encontrado con la alfombra ya muy hilachada y con una normativa casi tan joven como desconocida. El tamaño, el precio, la agilidad del ingenio o la intermodalidad han seducido a millones de personas en todo el planeta. Y como sucede con todo lo que en estos tiempos tiene que ver con la movilidad, también estos chismes han seducido a los gurús del 'sharing'.