El azar tiene a veces efectos devastadores, pero otras veces obra pequeños milagros. Toni Marí, comerciante y vecino de la avenida de Roma, 86, tenía que haber estado en la ciudad de Valencia, adonde se está mudando, pero al final pernoctó en Barcelona y pudo evitar no solo que su local ardiese como consecuencia del incendio del bloque de València, 73, sino que posiblemente se extendiera a pisos superiores de su finca. El frío de los últimos días hizo el resto, porque de no haber estado cerradas tantas ventas sin duda se habría colado en el interior de otras viviendas.
Sucesos
Un vecino de otros bajos evitó que el incendio del bar del Eixample se propagase en la avenida de Roma
Las "bolas de fuego" fundieron el techo de propileno de sus bajos y entraron en su local-vivienda. Lo sofocó antes de que prendiese en todo el inmueble y se extendiera a la finca
Lucernario de los bajos de la finca de la avenida de Roma (en la parte de atrás del edificio afectado) que estuvieron a punto de arder, al colarse dentro el fuego. /
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