Movilidad y urbanismo

Túnel de Glòries: un atasco previsible y un futuro incierto

  • La nueva galería de entrada a Barcelona se estrena con colas y enfado general

  • El ayuntamiento insta a evitar la hora punta y espera que del caos se pase a un tráfico elevado pero asumible

Dos vecinos contemplan el paso de los vehículos desde uno de los puentes que cruza la Gran Via, este lunes / Manu Mitru

Serán necesarias unas semanas para calibrar si el atasco de este lunes en Glòries para entrar en Barcelona ha sido fruto de la novatada que supone estrenar una nueva ruta en una gran ciudad o si, por el contrario, esta será la nueva vieja realidad (o incluso peor) en el acceso a la capital catalana por la C-31. El túnel ya funciona en los dos sentidos y la plaza presenta un aspecto insólito, con el asfalto desierto; una postal propia de la película 'Soy leyenda', del Will Smith muy anterior a la bofetada a Chris Rock. Bajo tierra se ha producido un fenómeno "razonable", según el consistorio, o un infierno, según los usuarios. Se cierra un capítulo del centro metropolitano que soñó Ildefons Cerdà. Y se abre otro, por ahora de futuro incierto, que tiene que ver con la movilidad, pero también con el urbanismo y la política. Con cuatro barrios implicados directamente, pero con una ciudad y un área metropolitana también expectantes.