Urbanismo

El comercio y la peatonalización de calles en Barcelona: 50 años de amor y odio

Foment dijo hace unos días que las supermanzanas calles son una ruina para el 'botiguer', un argumento parecido al de los años 70, cuando muchos, en cambio, también defendían una ciudad para peatones frente a la Barcelona de los coches

La calle de Portaferrissa, una de las peatonalizaciones históricas e icónicas del Gòtic, que en absoluto hundió al sector comercial, como muchos pronosticaron. / ÁLVARO MONGE

Ha pasado medio siglo desde la primera actuación urbanística en Barcelona que tenía como objeto transformar una calle de coches en un paseo para peatones. Era Portal de l'Àngel y las crónicas de la época coinciden en que el diálogo no fue sencillo con los comerciantes, que al principio eran reacios al cambio, pero finalmente, con el paso de los años, colaboraron en la mejora del entorno, incluso con dinero de su propio bolsillo. Antes ya se había actuado en calles de menor tamaño, como la de la Boqueria o Petritxol, pero la avenida comercial que muere en la caótica plaza de Catalunya eran palabras mayores. Era, al fin y al cabo, la primera propuesta con aroma a supermanzana.