Medio ambiente

Cotorras de ciudad: ¿víctimas o invasoras?

Verdes y de pecho gris, estas vistosas y escandalosas aves se han hecho fuertes en las grandes metrópolis. En Barcelona podrían ser más de 10.000 y el debate se centra en cómo controlar su crecimiento sin recurrir al método madrileño de aniquilarlas a perdigonazos

Una cotorra residente en el parque de la Ciutadella devora un pedazo de pan, este domingo / Zowy Voeten

La película de Hollywood sería algo similar a esto: un científico se trae a su ciudad un par de huevos de un animal exótico, insólito en su continente, sin darse cuenta de que está a punto desatar una invasión. El cine le pondría sal y pimienta con muertos, terremotos, una historia de amor, olas gigantes, batallas y explosiones. Acabaría bien, por supuesto, con un puñetazo de la especie humana sobre la mesa, un recordatorio sobre quién manda en este planeta. Trasladado a una realidad algo más anodina, tenemos el peculiar fenómeno de las cotorras, un ave que forma parte del paisaje de nuestras ciudades desde hace décadas. Para algunos, un conquistador, un 'okupa' del espacio público que ha contribuido al declive de pequeños pájaros autóctonas. Para otros, como los centenares de personas que se han manifestado este domingo en una docena de ciudades españolas, un pájaro con derechos al que hay que controlar de manera ética.

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