La capacidad del ser humano de moverse depende de múltiples factores. La economía y la salud están entre los más importantes, amén de la oferta de transporte públic y el estado de las infraestructuras. Los vaivenes de la pandemia han marcado los flujos ciudadanos, para mal cuando los contagios se disparaban, y para mejor, cuando la cosa se relajaba. La irrupción de la variante ómicron, por ejemplo, ha marcado sin duda un punto de inflexión en esta sexta ola de covid. En Barcelona ha caído todo: los desplazamientos en vehículo privado y el uso del metro y el bus. Estamos más en casa. O sea, menos en la calle.
Efectos de la pandemia
La sexta ola de covid y las restricciones hunden de nuevo la movilidad y el transporte público
Las validaciones en metro y bus caen al 71,6% respecto al 2019, 10 puntos menos que el pasado noviembre, mientras que el tráfico, que estaba a la par de los registros precovid, está ahora casi un 20% por debajo
Una mujer se coloca la mascarilla antes de entrar en el metro, en La Rambla de Barcelona. /
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